Desde mayo de 2024, la Cafetería Amarillo ha trabajado para posicionar el café de especialidad en Pangoa. Fundada por Christian Amarillo, un joven de 23 años con una formación como barista, este negocio familiar se ha convertido en un referente local, promoviendo el consumo y la valoración del café producido en Satipo.
Recientemente, la Cafetería Amarillo se trasladó a un nuevo local que cuenta con dos niveles. «En el primer nivel tenemos nuestra barra de café, y en el segundo nivel una cocina abierta con un salón familiar y mesas amplias», explicó Amarillo. Este cambio busca ofrecer un espacio más cómodo y acogedor para sus clientes.
El café que sirven proviene principalmente de las tierras cafetaleras de Pangoa, muchas de ellas cultivadas por la familia de Amarillo. «Mi mamá se encarga de la producción, y lo complementamos con granos de la misma zona para obtener un perfil de sabor equilibrado», comentó.
Una propuesta gastronómica
El negocio no solo se enfoca en bebidas de café. En su menú también se incluyen bebidas de cacao, frutas locales como maracuyá y naranja, y acompañamientos como postres artesanales y hamburguesas. «Queremos llevar todo lo que hacemos a un nivel de especialidad,» afirmó Amarillo.
Para la tostaduría, la Cafetería Amarillo colabora con Flor de Café en Mazamari, una alianza que les permite garantizar perfiles de sabor definidos y consistentes. «Trabajamos con el tostador Luis Barrera, quien tiene un gran conocimiento en el tema», explicó.
Christian Amarillo también destaca en competencias nacionales de arte latte, representando a la zona central del país. «Clasifiqué a la final del torneo en la Expocafé en Lima, lo que me permitió llevar el nombre de Junín a un evento importante», comentó.
Una herencia cafetalera de generaciones
Con una tradición cafetalera que se remonta a más de 50 años, Amarillo está comprometido en continuar valorizando el café de su región. «Nací y crecí en el campo, y este negocio nos permite dar valor agregado a lo que hacemos como caficultores», concluyó.