Ante el incremento de atenciones a víctimas extranjeras de trata de personas en el Programa de Protección a Víctimas y Testigos, la organización de CHS Alternativo subraya que el perfil de las víctimas evolucionó debido a la creciente criminalidad organizada y al fenómeno migratorio. Esta alerta fue discutida en la ceremonia por el 18 aniversario del Programa de Protección y Asistencia a Víctimas y Testigos, donde se presentó a Verónica Supliguicha, psicóloga ecuatoriana especializada en explotación humana.
Supliguicha señaló que las víctimas de trata son cada vez más jóvenes, algunas desde los 12 años, y se ven sometidas a explotación sexual y otras actividades delictivas como la venta de drogas y el narcotráfico. La psicóloga resaltó la urgencia de modificar y reforzar las metodologías de atención y reintegración social para estas víctimas.
Elementos clave para la reintegración
Enfatizó en la importancia de personalizar los procesos de reintegración, especialmente para quienes provienen de contextos de movilidad. Subrayó que muchas veces se ignoran los códigos sociales de las comunidades de acogida y las víctimas solo conocen las situaciones de explotación vividas.
Supliguicha mencionó varios elementos esenciales para la reintegración social de las sobrevivientes, incluyendo el establecimiento de un proyecto de vida, el fortalecimiento de vínculos comunitarios, las capacitaciones formales y no formales para el empleo, la atención en salud y nutrición, las actividades psico corporales y el fortalecimiento de habilidades blandas.
La psicóloga también destacó la necesidad de un presupuesto adecuado por parte de los Estados para asegurar espacios de refugio y la contratación de profesionales especializados. Estos deben ofrecer un tratamiento adecuado basado en la edad, tiempo y tipo de explotación sufrida por las víctimas.
Dato relevante
Entre 2019 y 2022, el Programa de Víctimas y Testigos del Ministerio Público atendió a un total de 4027 víctimas de trata de personas. De estas, el 82% fueron víctimas directas, el 17% testigos y el 1% familiares de las afectadas.
Este aumento de atenciones y la evolución en el perfil de las víctimas subraya la necesidad de adaptar y fortalecer las estrategias de protección y reintegración social para enfrentar la trata de personas en el contexto actual.
