Cada 28 de enero nos invita a hacer una pausa y reflexionar sobre el impacto del calentamiento global, una amenaza real que ya está alterando nuestro presente y pone en peligro el futuro de las próximas generaciones. Este día, conocido como el Día Mundial de la Acción frente al Calentamiento Terrestre, busca recordarnos la magnitud de este problema, así como la urgencia de actuar antes de que los efectos del cambio climático sean irreversibles.
Pero, ¿qué significa realmente el calentamiento global? Es el aumento constante de la temperatura media de la Tierra, impulsado principalmente por nuestras propias actividades, como la quema de combustibles fósiles, la deforestación y las prácticas agrícolas que dañan los ecosistemas. Este fenómeno ha comenzado a transformar el planeta: los glaciares se derriten, el nivel del mar sube y los eventos climáticos extremos, como sequías, inundaciones y huracanes, se vuelven más frecuentes e intensos.
Y la realidad es que los efectos son visibles. En una nota anterior, mencionamos que 2024 se convirtió en el año más caluroso de la historia, superando por primera vez los 1.5°C sobre los niveles preindustriales, el umbral considerado crítico por el Acuerdo de París. Este no es un caso aislado: cada uno de los últimos diez años (2015-2024) se ha registrado entre los más cálidos desde que existen datos. El calentamiento global está afectando nuestro clima de manera cada vez más evidente y directa.
En Perú, un claro ejemplo de cómo estamos siendo testigos de los efectos del cambio climático es la reducción de nuestros glaciares andinos. El nevado de Pastoruri, que antes era un símbolo majestuoso, hoy es conocido como la «Ruta del cambio climático», debido al proceso de deglaciación que ha sufrido. Actualmente, 4231 glaciares en todo el país están en riesgo. Según la Autoridad Nacional del Agua (ANA), el calentamiento global ha causado el retroceso del 40% de los glaciares peruanos. En este escenario, ¿qué podemos hacer?
Acciones cotidianas para combatir el calentamiento global
Aunque los desafíos son gigantescos y los gobiernos también deben cumplir con su responsabilidad, cada uno de nosotros tiene el poder de contribuir de manera efectiva a través de pequeñas acciones diarias. Cuando todas estas acciones se suman, pueden generar un cambio real y de impacto. A continuación, te compartimos algunas recomendaciones prácticas para que todos podamos hacer nuestra parte.
- Uso de transporte sostenible
Elegir cómo nos movemos es una de las decisiones más sencillas, pero poderosas, que podemos tomar. Caminar, ir en bicicleta o usar el transporte público son maneras de reducir nuestra huella de carbono. Si además compartimos un auto o usamos servicios de movilidad compartida, ayudamos a que haya menos coches en las calles, lo que significa menos contaminación en el aire y un entorno más saludable para todos.
- Consumo responsable
El consumo consciente empieza con pequeñas elecciones diarias. Optar por productos locales y de temporada apoya a nuestros productores y reduce las emisiones de carbono generadas por el transporte de mercancías. Además, si evitamos los plásticos de un solo uso y preferimos envases más sostenibles, estamos dando un paso importante para reducir la basura que generamos y cuidar nuestros recursos naturales.
- Reducción del consumo de energía
La energía que consumimos en casa y en el trabajo tiene un gran impacto en el ambiente. Apagar las luces cuando no las necesitamos, usar bombillas LED que consumen menos energía y aprovechar al máximo la luz natural son hábitos simples que suman mucho a la hora de reducir las emisiones. Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), estas acciones ayudan a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
- Reciclaje y reutilización
Separar los residuos y reciclar materiales como el papel, vidrio y plástico es otra forma fácil de contribuir. Al hacerlo, evitamos que más basura termine en los vertederos y reducimos la necesidad de fabricar más materiales desde cero. También podemos reutilizar objetos que, en lugar de ser desechados, pueden tener una nueva vida, lo que además de cuidar el planeta, nos ayuda a ser más creativos y conscientes con lo que consumimos.
- Alimentación sostenible
Lo que comemos también juega un papel en el cuidado del medio ambiente. Si reducimos el consumo de carne y apostamos por una dieta más basada en alimentos de origen vegetal mejoramos nuestra salud y ayudamos a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. La producción de carne es responsable de una gran parte de esas emisiones, y al elegir más productos de origen vegetal, estamos haciendo nuestra parte para mitigar el calentamiento global.
El compromiso tiene que ser colectivo
La suma de acciones individuales tiene un efecto multiplicador. Pero adoptar prácticas sostenibles en nuestra vida diaria es solo el comienzo. Es importante apoyar políticas públicas y empresas que estén comprometidas con la sostenibilidad y la reducción de emisiones. En el Día Mundial de la Acción frente al Calentamiento Terrestre, aprovechemos para renovar nuestro compromiso con el planeta y actuar con responsabilidad por el futuro que todos compartimos.
