Cada hora, dos niñas o adolescentes son víctimas de violencia sexual en el Perú. Solo entre enero y agosto de 2025, los Centros de Emergencia Mujer registraron más de 12 mil casos de este tipo de agresión contra menores, según datos del portal estadístico Warmiñan. De ellos, el 91 % tuvo como víctimas a niñas o adolescentes.
Frente a esta realidad, grupos de líderes adolescentes de distintas comunidades del Cusco han decidido organizarse. Con apoyo de ONG locales y de Terre des Hommes Suisse (TdH Suisse), impulsan campañas de sensibilización sobre la prevención de la violencia, la trata de personas y la promoción de los derechos de las niñas.
“Yo participo en un programa de radio donde todos los días de transmisión junto a mis compañeras hablamos de diversos temas que interesan a las niñas y adolescentes y a la sociedad en general y allí opinamos, informamos y compartimos datos porque nuestra voz vale”, cuenta Lucero, adolescente de Paucartambo que forma parte de la organización ARBI (Adolescentes Reporteras/os Bilingües).
Participar para transformar
Las niñas y adolescentes de estas comunidades buscan abrir espacios donde su voz sea escuchada. A través de programas radiales, redes sociales y encuentros locales, expresan sus ideas sobre lo que afecta sus vidas y las de otras menores.

Aunque el país cuenta con mecanismos de participación infantil y adolescente, los esfuerzos siguen siendo insuficientes. Las jóvenes reclaman que las autoridades tomen en cuenta sus opiniones para diseñar políticas públicas que realmente respondan a sus necesidades.
“¿Por qué es importante para las niñas y adolescentes participar en espacios ciudadanos públicos?”, se pregunta Ester, otra adolescente de Paucartambo. “Porque de esa manera los adultos toman en cuenta nuestras opiniones y podemos decir nuestras ideas sobre todo lo que nos afecta como niñas y adolescentes para que haya más protección, para que no haya violencia en nuestra comunidad”.
La organización de estas adolescentes no solo busca visibilizar sus derechos, sino también fortalecer la cultura del diálogo y la paz dentro de sus comunidades, donde aún persisten prácticas adultocéntricas que limitan su participación.
Empoderamiento con apoyo comunitario
“Mi profesora conoció una experiencia de Amhauta que junto a TdH Suisse nos ayudó y animó a seguir adelante con más aprendizaje para expresar y comunicar en diferentes espacios para que nuestra voz sea escuchada”, relata Alina, de 12 años, también integrante de ARBI.
Este tipo de acompañamiento ha sido clave para que las niñas fortalezcan su confianza y liderazgo. En una sociedad donde sus opiniones suelen ser desestimadas, ellas insisten en ser parte de la conversación pública.

“Muchas veces las familias y los adultos no confían en nuestras ideas, no escuchan nuestras opiniones y por eso no nos dejan opinar. Pero si no desarrollamos nuestra capacidad de opinar sobre los asuntos que nos afectan, ¿cómo podemos aportar? Eso debe cambiar”, señala Vilma, participante de las organizaciones ARBI y LIBUC (Lideresas Buscando el Cambio).
Trabajo constante por la niñez
Terre des Hommes Suisse lleva más de dos décadas en el Perú promoviendo la defensa de los derechos de la niñez, la adolescencia y las mujeres. A través de programas y proyectos, la organización impulsa acciones para erradicar la violencia y prevenir la trata de personas, especialmente en regiones como Cusco, Madre de Dios, Puno y zonas periurbanas de Lima y Piura.
Su labor ha alcanzado a más de 50 mil personas mediante campañas de sensibilización, programas educativos y un trabajo sostenido con autoridades locales y nacionales para garantizar atención oportuna a los casos de violencia.
En la víspera del Día Internacional de la Niña, que se conmemora el 11 de octubre, el mensaje que se repite entre las adolescentes cusqueñas es participar, opinar y actuar son formas de resistir frente a la violencia y de construir comunidades más justas e inclusivas.


