La ONU ha calificado oficialmente como «insostenible» la situación en Gaza y Cisjordania, en medio de una crisis humanitaria que ha escalado hasta la declaración de hambruna en el norte de la Franja. El informe, presentado por Ramiz Alakbarov al Consejo de Seguridad, revela que más de medio millón de habitantes de Gaza sufren hambre, con el registro de 440 muertes relacionadas con la desnutrición desde el inicio del conflicto, un tercio de ellas niños.
El documento señala que, a 23 meses de intensos combates, la ayuda humanitaria sigue siendo «muy insuficiente». Los convoyes son a menudo obstaculizados o «saqueados» por grupos armados o civiles hambrientos, mientras que los bombardeos y operaciones terrestres israelíes han causado bajas masivas: el Ministerio de Salud local reporta más de 7500 muertes en los últimos tres meses, en su mayoría mujeres y niños.
Un costo humano inaceptable y el castigo colectivo
La ONU advierte que el «castigo colectivo» infligido a los palestinos es inaceptable. Las operaciones militares han reducido el espacio habitable a menos del 14% del territorio de la Franja, saturando los sitios de recepción que carecen de agua, electricidad y atención médica. Desde mediados de agosto, se han registrado más de 380 000 desplazamientos forzados.

Simultáneamente, la violencia sigue creciendo en Cisjordania, el otro territorio palestino ocupado. Desde junio, 46 palestinos han sido asesinados, y los ataques de colonos israelíes están en aumento. A pesar de los llamados del Consejo de Seguridad para detener la actividad de asentamientos, las autoridades israelíes han aprobado o adelantado la construcción de más de 20 800 nuevas unidades de vivienda. Destaca el «proyecto E1», que, de implementarse, dividiría Cisjordania, amenazando la continuidad territorial de un futuro Estado palestino independiente.
Un contexto diplomático de tensión y ultimátums
El informe llega en un momento de alta tensión diplomática en la ONU. Días atrás, Francia, el Reino Unido, Australia y Canadá reconocieron oficialmente al Estado de Palestina. En la Asamblea General, el presidente palestino, Mahmoud Abbas, calificó los abusos israelíes en Gaza como genocidio.
Por el lado israelí, el primer ministro Benjamin Netanyahu ha mantenido un tono intransigente, asegurando que su país «terminará el trabajo» contra Hamás y criticando a las naciones que han reconocido a Palestina.
Ramiz Alakbarov reiteró su rechazo a los «horribles ataques de Hamás» del 7 de octubre de 2023, pero advirtió que las operaciones militares israelíes en Gaza han alcanzado una «tasa de destrucción sin precedentes». Considerando que la situación es «moral, política y jurídicamente insostenible», la ONU hizo un llamamiento final a un alto el fuego inmediato y permanente, a la liberación incondicional de todos los rehenes y al acceso humanitario sin trabas a Gaza.
La continuidad de la ocupación y la asfixia de Gaza, concluye la ONU, dejan un margen cada vez menor para la solución de dos Estados que convivan en paz y seguridad.


