La UNESCO ha presentado el ambicioso Plan de Acción Estratégico de Hangzhou (2026-2035), un roadmap de diez años diseñado para posicionar a las 759 reservas de biosfera del mundo como catalizadores del cambio transformador hacia la sostenibilidad. La aprobación de este Plan, junto a la Declaración de Hangzhou, ocurrió en el marco del 5.º Congreso Mundial de Reservas de Biosfera, celebrado en Hangzhou, China, del 22 al 26 de septiembre de 2025. Ambos documentos buscan guiar la gestión de las reservas de biosfera y la sostenibilidad global.
La iniciativa surge en un contexto de crisis global marcada por la pérdida de biodiversidad y el cambio climático. La Red Mundial de Reservas de Biosfera (RMRB) se posiciona como una red de «laboratorios vivos» con más de 50 años de experiencia, listos para experimentar y encontrar soluciones replicables a escala planetaria.
Tres objetivos centrales para el cambio
El Plan de Hangzhou articula tres objetivos centrales que se extienden hasta 2035, sirviendo como puente estratégico tras el final de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en 2030:

- Objetivo A: Acuerdos Ambientales. Contribuir directamente a la Agenda 2030 y al Acuerdo de París. Las metas buscan que, para 2035, todas las reservas ejemplifiquen proyectos de demostración sobre la relación humano-naturaleza, integrando los ODS en sus planes de gestión y acabando con los usos nocivos de la biodiversidad.
- Objetivo B: Fortalecimiento Institucional. Enfocado en la excelencia de la Red. Se compromete a garantizar que para 2035 exista al menos una reserva por cada Estado Miembro de la UNESCO. Además, establece metas de paridad de género en la gobernanza y asegura la financiación y participación activa de las redes juveniles.
- Objetivo C: Investigación y Conocimiento. Busca que todas las reservas ejecuten proyectos de investigación interdisciplinarios para 2035. Un punto clave es la meta de combinar conocimientos indígenas con ciencia y tecnología para 2030, y asegurar la integración de programas educativos sobre sostenibilidad en las escuelas.
La inclusión como requisito: Pueblos indígenas y juventud
El Plan de Hangzhou pone un énfasis sin precedentes en la inclusión de actores históricamente marginados. Reconoce que el éxito de la conservación depende de la participación plena de los pueblos indígenas y las comunidades locales, estableciendo el Consentimiento Libre, Previo e Informado (CLPI) como requisito para la designación y gestión.
De igual manera, la juventud es vista como un actor estratégico. El plan exige la representación juvenil obligatoria en todos los órganos del Programa MAB y se compromete a capacitar anualmente a 150 jóvenes a partir de 2026.
El Plan de Hangzhou representa un cambio de paradigma: de la conservación excluyente a modelos que reconocen a los humanos como parte integral de la naturaleza. Su éxito dependerá de la capacidad de los países, especialmente de las naciones en desarrollo que requieren mayor apoyo financiero, para traducir esta visión en acciones concretas a nivel local. La Red Mundial se posiciona como la herramienta mejor equipada para demostrar que la armonía global es un objetivo factible.


