En el marco del Día de la Gestión Integral de Residuos, la industria peruana de reciclaje de envases de cartón para alimentos emerge como un ejemplo clave de la economía circular. A pesar de que Perú genera 8.7 millones de toneladas de residuos sólidos al año, de los cuales el 78% podría ser reciclado, menos del 2% es aprovechado, lo que subraya la urgencia y la oportunidad de transformar los desechos en recursos.
En este contexto, el reciclaje de las “buenas cajitas” de Tetra Pak se ha consolidado como una alternativa estratégica. Estos envases, compuestos por cartón, polietileno y aluminio, tienen un ciclo de vida que va más allá de proteger alimentos. Después del consumo, empresas como Industrias del Papel recolectan y procesan los envases, separando sus componentes para darles una nueva utilidad.
De residuo a recurso: Más allá del papel
Un equipo llamado hidropulper recupera las fibras de cartón y las transforma en papel y cajas de embalaje. El residuo restante, una mezcla de plástico y aluminio conocida como polialuminio, se convierte en un material con propiedades aislantes y duraderas, ideal para proyectos sostenibles. Un ejemplo emblemático de su uso es la instalación de techos con este material en Machu Picchu, provenientes del reciclaje de 2.8 millones de envases. El polialuminio también se utilizó para construir viviendas prefabricadas que hoy albergan a más de 30 familias vulnerables en Lima y Cañete.
Según Mónica Montes, gerente de Sostenibilidad de Tetra Pak Andina, el éxito radica en cambiar la percepción del consumidor: “Las cajitas de Tetra Pak no son basura, sino materia prima que da vida a nuevos productos”. Este esfuerzo conjunto, que incluye a ciudadanos, gobiernos locales y recicladores, logró que en 2024 se reciclaron más de 116 millones de envases de cartón, lo que representa un crecimiento del 70% respecto al año anterior.

El potencial económico: Una oportunidad de S/ 14 000 millones
La economía circular no solo genera beneficios ambientales, sino también un potencial económico enorme. Proyecciones de la Cámara de Comercio de Lima estiman que una transición efectiva a este modelo podría representar hasta el 2% del PBI del país, lo que equivale a más de S/ 14 000 millones. Esto generaría empleo, inversión en infraestructura y una menor dependencia de materias primas vírgenes, consolidando la competitividad del país.
La Hoja de Ruta Nacional hacia una Economía Circular al 2030 del Ministerio del Ambiente sienta las bases para esta transformación. No obstante, el camino aún enfrenta desafíos, como la falta de educación ambiental y el apoyo institucional a los recicladores. Con un compromiso articulado entre el gobierno, las empresas y los consumidores, Perú tiene el potencial de convertirse en un referente regional en la gestión integral de residuos y en un modelo de desarrollo sostenible.


