En el marco del Día Internacional de la Mujer Indígena, la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (Devida) destacó el trabajo de las mujeres indígenas en el Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (VRAEM), quienes han jugado un papel clave en el desarrollo alternativo de sus comunidades. Estas mujeres, provenientes de pueblos como los Asháninka, Nomatsigenga, Ashéninka y Machiguenga, han sido fundamentales en la producción de cacao, café, acuicultura y apicultura, actividades que contribuyen al fortalecimiento de economías lícitas en una región históricamente afectada por el narcotráfico.
La participación de las mujeres en la transformación del VRAEM
Actualmente, 695 mujeres indígenas participan activamente en las cadenas productivas impulsadas por Devida. Su trabajo, en colaboración con organizaciones locales, ha sido clave para la sustitución de cultivos ilícitos en el VRAEM, una de las zonas más conflictivas del país. Estas actividades permiten a las comunidades generar ingresos de manera sostenible, alejándose de las economías ilegales vinculadas al narcotráfico.
Organizaciones como la Central Asháninka del Río Ene (CARE), la Central Asháninka de Río Tambo (CART), y la Unión Asháninka Nomatsigenga del Valle de Pangoa (KANUJA) han sido aliadas estratégicas de Devida en este proceso, facilitando la organización y capacitación de las mujeres para mejorar sus técnicas productivas y comerciales.

Testimonios de cambio
Una de las beneficiarias de este programa es Luz Charete Roca, productora de cacao de la comunidad de Centro Tsomaveni, en Pangoa. “Antes solo me dedicaba al cuidado de mi familia y no conocía cómo trabajar el cacao. Con el acompañamiento de Devida aprendí a injertar, podar y cuidar mi parcela. Ahora puedo mejorar la producción y aportar a los ingresos de mi hogar, sin dejar de atender a mis hijos”, expresó Charete.
Este testimonio ilustra cómo las mujeres han logrado transformar sus prácticas agrícolas gracias al apoyo institucional, lo que les permite no solo mejorar sus ingresos, sino también fortalecer el papel de la mujer en sus comunidades.
Capacitación y empoderamiento económico
Además de la asistencia técnica en la producción de cacao, café y otros cultivos, Devida ha implementado módulos de procesamiento de estos productos, como también de panificación. Estos talleres no solo han permitido a las mujeres perfeccionar sus habilidades, sino que también las han preparado para emprender negocios sostenibles. Las participantes de estos programas tienen la oportunidad de asistir a ferias comerciales, donde pueden presentar y vender sus productos, lo que les abre nuevos mercados y fomenta la competitividad en el ámbito local.

Un modelo de desarrollo alternativo sostenible
El trabajo de estas mujeres no solo impacta en sus familias, sino que también está contribuyendo a la transformación económica y social de la región. El modelo de desarrollo alternativo promovido por Devida ha mostrado ser eficaz para reducir la dependencia de cultivos ilegales, al tiempo que proporciona nuevas fuentes de ingreso y mejora la calidad de vida de las comunidades.
El fortalecimiento de las economías locales a través de actividades legales y sostenibles ha permitido que muchas familias se desvinculen de actividades ilícitas, consolidando un ambiente de paz y seguridad en el VRAEM. Este enfoque también ha generado una mayor cohesión social, con las mujeres desempeñando un papel central en la toma de decisiones y la organización comunitaria.
Avances y retos pendientes
A pesar de los avances logrados, el trabajo de estas mujeres enfrenta aún diversos desafíos. El narcotráfico sigue siendo una amenaza en algunas zonas del VRAEM, y las condiciones climáticas y geográficas también dificultan el acceso a mercados más amplios. No obstante, el acompañamiento continuo de Devida y de las organizaciones locales ha permitido que estas mujeres continúen superando obstáculos y fortaleciendo sus capacidades productivas y comerciales.


