El Parque Nacional Otishi, ubicado entre las provincias de Satipo (Junín) y La Convención (Cusco), celebra su 22º aniversario este 15 de enero. Desde su establecimiento, esta área natural protegida se ha destacado por su alto grado de conservación y la provisión de servicios ecosistémicos, fundamentales para el bienestar de las comunidades locales.
“Para nosotros cumplir 22 años es bastante significativo”, señaló Carlos Barrientos, jefe del parque. “Estas áreas naturales protegidas están cumpliendo su importancia en la conservación de la diversidad biológica y la provisión de servicios ecosistémicos”.
Con una extensión de 305 978 hectáreas, el área natural protegida alberga ecosistemas que van desde los 600 hasta los 4180 metros sobre el nivel del mar. En sus tierras conviven especies como el oso de anteojos, el otorongo y el tapir de altura. Además, el parque protege valiosos recursos forestales como el cedro, la caoba y el tornillo.
Retos y logros en la conservación
Desde su categorización, el Parque Nacional Otishi ha enfrentado múltiples desafíos. Uno de los más complejos fue la socialización de su importancia con las comunidades indígenas, que representan el 95% de la población en el área. “Uno de los desafíos fue cómo socializar la importancia de esta área natural”, comentó Barrientos. “El lenguaje fue una limitante: nosotros con el español y ellos con su dialecto. Fue un trabajo de varios años concientizar sobre la importancia de estas áreas y lograr que estas comunidades nos ayuden en el proceso de conservación”.
Otro reto fue combatir la tala ilegal, que tuvo un auge entre 2005 y 2007 debido a la alta demanda de maderas como el cedro, la caoba y la quina quina. Sin embargo, gracias a los esfuerzos del equipo del parque, estos problemas se han logrado controlar. Actualmente, cuentan con un sistema de vigilancia fortalecido, que incluye guardaparques permanentes, puestos de control y apoyo de voluntarios.
El equipo del Parque Nacional Otishi está compuesto por 13 guardaparques oficiales, dos especialistas, un jefe y personal administrativo. “Los más importantes aquí son los guardaparques, porque están en primera línea viendo los problemas que puedan surgir: invasiones, tala, entre otras actividades que ponen en riesgo la integridad del área”, explicó Barrientos. Además, cuentan con el apoyo de locadores y voluntarios, tanto de comunidades locales como de estudiantes universitarios.
El equipo realiza diversas actividades como vigilancia, investigación, manejo de recursos, concientización y prevención de incendios. Estas acciones han permitido un significativo crecimiento en la gestión del parque y su coordinación con las comunidades nativas y organizaciones indígenas.
Belleza paisajística
El Parque Nacional Otishi destaca por su impresionante belleza natural, que incluye cascadas, cavernas, lagunas y formaciones geológicas. Entre sus atracciones más notables se encuentran Las Tres Hermanas, considerada la tercera catarata más grande del mundo, y el Puente Natural Pávirontsi, un túnel natural formado por un río. Además, el parque alberga más de 72 lagunas y diversos bofedales y pajonales en su parte alta.
“En el ecosistema amazónico, conservamos especies de alto valor comercial y en la parte alta tenemos la Polylepis, una especie muy representativa”, destacó. Estas características hacen de Otishi un lugar único tanto por su diversidad biológica como por los servicios ecosistémicos que provee.
Acceso y turismo sostenible
El acceso al Parque Nacional Otishi es limitado debido a su ubicación remota. “El acceso general es complicado, pero hemos tenido la oportunidad de realizar sobrevuelos que nos han permitido observar toda su belleza”, mencionó Barrientos. Las visitas al parque están abiertas al público, principalmente para fines de investigación y exploración. Los interesados deben enviar una solicitud a través del correo institucional (cbarrientos@sernanp.gob.pe) o el portal virtual del Sernanp.
La mejor época para visitar el parque es durante la temporada seca, entre julio y septiembre. Los visitantes deben estar preparados para largas caminatas, que pueden tomar de dos a cuatro días, dependiendo del destino dentro del parque.