Con sonrisas y un profundo sentido de orgullo, los adultos mayores de 13 distritos de la región Ucayali —Callería, Yarinacocha, Manantay, Campo Verde, Nueva Requena, Curimana, Padre Abad, Iparia, Tahuania, Raymondi, Yurúa, Neshuya y Sepahua— celebraron la primera cosecha de sus biohuertos comunitarios. Este espacio no solo simboliza el acceso a alimentos frescos y saludables, sino también la unión, el aprendizaje y la mejora en la calidad de vida de sus participantes.
En esta emotiva jornada, cultivos como culantro, rabanito y lechuga fueron las estrellas de una actividad que marcó un antes y un después para decenas de adultos mayores, quienes, con dedicación y trabajo en equipo, han transformado este biohuerto en un ejemplo de esperanza y superación.
“Hoy no solo cosechamos lechugas o rabanitos, también cosechamos esperanza y la alegría de saber que somos parte de algo más grande”, concluyó Julio Bustillos, adulto mayor del distrito de Manantay.
Una iniciativa que cambia vidas
El biohuerto fue posible gracias al esfuerzo conjunto de los gobiernos distritales, la Dirección Regional de Agricultura y el Programa Pensión 65 del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis), quienes han impulsado este proyecto como una estrategia para mejorar la nutrición y el bienestar de los adultos mayores. La implementación de los biohuertos comenzó en junio de 2024, con el objetivo de proporcionar a los participantes un espacio para mantenerlos activos y en contacto con la naturaleza.
José Ayllon, responsable del Programa Pensión 65 en Ucayali, destacó que “buscan que nuestros adultos mayores estén activos, se sientan útiles en su tiempo libre y, al mismo tiempo, disfruten de los beneficios de una alimentación sana”.
El Director Regional de Agricultura de Ucayali, Walter Panduro, subrayó la importancia de los biohuertos como una herramienta clave para la seguridad alimentaria en la región. «Los biohuertos fomentan el trabajo en comunidad y mejoran la calidad de vida de los participantes. Es una estrategia efectiva que promueve la autonomía de nuestros adultos mayores, al tiempo que refuerza su bienestar físico y emocional», expresó el director.
Resultados que impulsan nuevas oportunidades
Parte de la cosecha fue distribuida entre los socios del proyecto, mientras que el excedente se vendió en el mercado local. Los ingresos obtenidos garantizarán el mantenimiento del biohuerto y permitirán que esta actividad siga creciendo.
Además, en el comedor «7 de Junio» del distrito de Manantay, otro grupo de adultos mayores ha comenzado la instalación de su propio biohuerto, con cultivos como tomate, pepino y ají dulce, ampliando las oportunidades de aprendizaje y sustentabilidad en la región.