A sus 8 años, Thiago Soto logró un tiempo de 4.53 minutos para recorrer 1.65 kilómetros de montaña en el Santuario de Amancay, ubicado entre Pachacámac y Lurín. Este circuito formó parte del torneo RT Cup 2024, donde participaron ciclistas de diferentes categorías en un recorrido diseñado con obstáculos técnicos y descensos rápidos. «Es un espacio ideal para competencias de downhill», señaló Salvador Madueño, organizador del evento y coach de ciclismo.
Además de Soto, otros participantes destacados en el torneo fueron Diego del Águila, de 12 años, quien alcanzó un tiempo de 3.06 minutos en la categoría junior, y Tadeo Seminario, de 9 años, ganador del Race Camp #4 con 3.08 minutos. Ambos representan el talento juvenil peruano en competencias locales e internacionales.
El Santuario de Amancay, una reserva privada de 787 hectáreas, cuenta con circuitos diseñados para ciclistas, además de características geográficas únicas que combinan deporte y conservación. La Federación Deportiva Peruana de Ciclismo ha propuesto este espacio como sede para las competencias de cross country de los Juegos Panamericanos Lima 2027.
Un espacio para entrenar
El Santuario no solo alberga competencias, sino que se ha consolidado como un centro de formación para ciclistas en diversas disciplinas. “Es el lugar ideal para entrenar y competir. Se han realizado ocho torneos este año con gran éxito”, afirmó Sebastián Alfaro, campeón nacional de downhill y líder del Race Camp 2024.
Según Pedro Gamboa, subgerente de activos ambientales de Unacem, se garantiza la seguridad de los participantes con jueces certificados, tiempos electrónicos, equipos de rescate y personal médico en cada evento. Ciclistas como Diego del Águila han utilizado este circuito como preparación para torneos.
Deporte y conservación
El Santuario de Amancay permite el acceso gratuito no solo para ciclistas, sino también para quienes practican running, trail o trekking. Quienes deseen utilizar sus instalaciones pueden inscribirse en su página web o Instagram.
Como primera Área de Conservación Privada de Lima Metropolitana, el Santuario se dedica a la protección del ecosistema de lomas costeras y la emblemática flor de Amancay. Este espacio combina actividades deportivas con la promoción de la conservación ambiental y el turismo responsable, resaltó Pedro Gamboa.