Desde su inauguración hace dos décadas en la costa de Paracas, el Terminal Marítimo de Camisea ha operado sin registrar un solo incidente ambiental, un logro significativo para la industria energética en Perú. Este terminal, que forma parte de la infraestructura de la Planta de Fraccionamiento de Líquidos de Gas Natural (PFLGN) en Pisco, recibe un promedio de 11 buques mensuales para el embarque de productos como nafta, diésel y gas licuado de petróleo (GLP). Su éxito en el manejo seguro y ambientalmente responsable de estos productos está respaldado por la certificación ISO 9001, que avala su Sistema de Gestión de Calidad (SGC).
Además de la certificación, las operaciones del terminal están sustentadas en una rigurosa supervisión a través de instrumentos de gestión ambiental aprobados por varias entidades nacionales, incluyendo el Ministerio de Energía y Minas, el Servicio Nacional de Certificación Ambiental para las Inversiones Sostenibles (Senace) y el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp). Estos avales garantizan la adecuada protección del entorno marino y aseguran que la actividad del terminal se lleve a cabo sin comprometer la biodiversidad de la zona.
Innovador monitoreo de agua de lastre para proteger el ecosistema
El Terminal Marítimo de Camisea es pionero en implementar un monitoreo permanente de agua de lastre, una práctica estándar a nivel internacional que pocas operaciones realizan en el país. Este monitoreo evalúa la calidad del agua marina descargada por embarcaciones internacionales al ingresar al terminal, evitando así la introducción de especies invasoras y protegiendo el equilibrio de las especies autóctonas del mar de Pisco.
Como parte de este esfuerzo, el Programa de Monitoreo Marino Costero (PMC) realiza evaluaciones periódicas que incluyen análisis diarios, mensuales y trimestrales, cuyos resultados son informados a organismos de supervisión ambiental como el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) y la Dirección General de Capitanías y Guardacostas (Dicapi). Esta vigilancia constante es fundamental para mantener un entorno seguro y saludable en la bahía de Paracas y en la Reserva Nacional de Paracas, una zona que alberga una rica biodiversidad.
Participación activa de la comunidad en el cuidado del mar
Para fortalecer su compromiso con el medio ambiente y la transparencia, el Programa de Monitoreo Marino Costero de Camisea incluye un componente de Monitoreo Participativo bianual. A través de esta iniciativa, instituciones locales como la Municipalidad Provincial de Pisco, la Universidad Nacional de Ica (Unica), y organismos nacionales como Sernanp e Imarpe, entre otros, son invitados a formar parte del monitoreo ambiental. Esta participación permite una supervisión más abierta y refuerza la confianza de la comunidad en las operaciones del terminal.
La integración de estos actores en el monitoreo ayuda a preservar la diversidad marina y asegura la sostenibilidad a largo plazo de los recursos naturales de la región. La participación activa de la comunidad y de organismos locales es un ejemplo de cómo las operaciones industriales pueden coexistir de manera responsable con el medio ambiente y generar beneficios compartidos.
Un modelo de sostenibilidad para la industria
La ausencia de incidentes ambientales en el Terminal Marítimo de Camisea durante veinte años resalta la efectividad de su gestión ambiental y su enfoque preventivo. Gracias a su sistema de gestión certificado, el terminal no solo ha asegurado operaciones seguras sino también el respeto por la ecología de Paracas. Esto lo convierte en un modelo a seguir para otras operaciones de hidrocarburos en el país, demostrando que el desarrollo industrial y la protección del medio ambiente pueden ir de la mano.
