Después de siete años de dedicación y esfuerzo, Alianza Café se acerca a su fase final, marcando un capítulo crucial en la vida de miles de familias caficultoras en las regiones de Huánuco, San Martín y Ucayali. Esta iniciativa público-privada, fruto de la colaboración entre TechnoServe, Usaid Perú y empresas del sector privado como Jacobs Douwe Egberts (JDE), logró un impacto sostenible, de productividad y calidad de los cafés de estas regiones, mejorando sus ingresos y condiciones de vida.
Impacto en la productividad y calidad del café
Sergio López Zapata, director de Alianza Café, resume a Inforegión el impacto del proyecto señalando dos áreas clave: la productividad y la calidad del café. “Este trabajo conjunto se traduce directamente en un aumento de los ingresos para los productores. Sin embargo, es crucial que estos avances estén conectados a un mercado que valore el café que se produce, de lo contrario, el esfuerzo no sería sostenible,” enfatiza.
El programa, que inició a finales de 2017, se fundamenta en cuatro principios clave:
- Incrementar la productividad y calidad del café mediante capacitaciones y acceso a insumos esenciales.
- Educar a los productores sobre prácticas de producción sostenibles.
- Conectar a los caficultores con mercados para asegurar precios justos.
- Mejorar el acceso a servicios financieros formales, como créditos.
Evolución cafetalera en Huánuco
Uno de los logros más destacados fue la inclusión de la región de Huánuco en el mapa de los cafés especiales. «Cuando iniciamos el proyecto, Huánuco no figuraba en ninguna estadística de cafés especiales, no participaba en las ferias internacionales de café o en las tazas de excelencia», señala el director.
Hoy, gracias a un esfuerzo conjunto con la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (Devida), la región logró posicionarse, con productores locales participando en subastas y ferias internacionales, compitiendo con otras regiones reconocidas del país como Jaén y Cusco. «En particular, en el Valle del Monzón hemos logrado elevar a los productores a estándares de calidad comparables con los mejores del país», destaca.
El programa enfrentó desafíos, especialmente en la zona de Leoncio Prado. Según López uno de los retos fue la integración efectiva de los caficultores en el mercado. «En Leoncio Prado, por ejemplo, nos enfrentamos a la dispersión de los productores y a un bajo nivel de asociatividad», explica.
Sin embargo, resalta el surgimiento de iniciativas prometedoras, como la cooperativa Aprocaf Valle del Monzón. Esta cooperativa, que agrupa a unos 300 productores, logró articularse con HVC Exportaciones, llevando el café del Monzón a mercados internacionales, incluido Starbucks, y a cafeterías especializadas en Lima como Puku Puku.
Capacitaciones y problemas sociales
Alianza Café también contribuyó a la formación de jóvenes y el empoderamiento de las mujeres en el sector. «Se han formado más de 90 jóvenes en barismo intermedio, básico y avanzado y cerca de 50 jóvenes en catación», indica el director.
Además, se implementaron proyectos específicos para integrar a las mujeres en la cadena de valor del café. «Tenemos, por ejemplo, un proyecto con Starbucks que justamente busca mejorar o estimular la autoestima y la autoconfianza de las mujeres dentro de su rol en la familia, comunidad y gestión», explica.
El programa también abordó problemáticas como la deserción escolar, un fenómeno común en las zonas cafetaleras durante la época de cosecha, cuando los niños abandonan la escuela para ayudar a sus padres. Con el apoyo de Peet’s Coffee se logró reducir ello, asegurando que los jóvenes permanezcan en la escuela mientras sus familias continúan mejorando su productividad cafetalera.
Futuro y sostenibilidad
A medida que Alianza Café entra en su fase final, el foco está en la sostenibilidad a largo plazo de los logros alcanzados. El proyecto se encuentra en un proceso de transferencia de conocimientos a Devida, asegurando que los caficultores sigan recibiendo el apoyo necesario para continuar mejorando sus prácticas agronómicas y comerciales.
López extiende una invitación al público para descubrir y disfrutar del café cultivado por los productores del Valle del Monzón, quienes estarán presentes en el festival “Yo tomo café peruano”. Este evento, organizado por Devida, se realizará del 22 al 25 de agosto en el boulevard de La Rambla (San Borja, Lima) y será una oportunidad única para conocer de cerca el trabajo y la dedicación detrás de estos cafés de alta calidad.