viernes 22, noviembre 2024

Teresa Arauco Alvarado: La dulce historia detrás del mejor cacao de Junín

A través de la marca "Pochari", que significa dulce en asháninka, Teresa lleva el sabor del cacao peruano a nuevos horizontes.

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Teresa Arauco Alvarado nació en Andamarca, en la provincia de Concepción. Dejó su tierra natal a los siete años para establecerse en Mazamari, Satipo. Hoy es la orgullosa presidenta de la Asociación de Productores Comercio Justo Mazamari. Su travesía en la agricultura comenzó en 2010, pero no fue hasta 2017 que decidió darle un valor agregado a su producción de cacao, transformándolo en exquisitos productos bajo la marca «Pochari».

En Boca Capirushari, una comunidad nativa en Mazamari, se ubican sus hectáreas de cacao que maneja junto a su familia. «Mi finca es un reflejo de nuestro esfuerzo diario», comenta. El terreno, comprado con sus propios medios, está cuidadosamente cultivado con cacao criollo y ganso, producción que le llevó a obtener logros por su alta calidad.

Teresa Arauco Alvarado: La dulce historia detrás del mejor cacao de Junín
En el 2017, Teresa decidió darle un valor agregado a su producción, bajo la marca Pochari. (Foto: Pochari)

Una historia de perseverancia

La idea de formar una asociación surgió de la necesidad de mejorar la calidad de vida de los agricultores locales y de valorizar el cacao que producían. En 2017, Teresa formalizó la Asociación de Productores Comercio Justo Mazamari con 15 miembros. Sin embargo, el camino no fue fácil. «A veces, uno siente que los desafíos son insuperables, pero el apoyo de mi familia y la ciudadanía ha sido fundamental», dice Teresa.

El grupo, que inicialmente comenzó con la venta de cacao en bruto, pronto comprendió la importancia de la capacitación. Gracias a la Municipalidad Distrital de Mazamari y a su propio esfuerzo, Teresa y sus compañeros asistieron a numerosos talleres y pagaron a ingenieros para aprender sobre el fermento y otros procesos críticos para la producción de cacao de alta calidad.

Logros y reconocimientos

El arduo trabajo de Teresa y su asociación dieron frutos. En 2019, su cacao se llevó el segundo lugar en el Concurso Nacional de Cacao de Calidad organizado por APPCacao en Lima, un logro significativo que catapultó su reputación. A pesar de la pandemia, continuaron perfeccionando su técnica, lo que resultó en una destacada participación en el Salón del Cacao y el Chocolate, donde ocuparon el octavo lugar a nivel nacional en 2023.

Teresa Arauco Alvarado: La dulce historia detrás del mejor cacao de Junín
Teresa Arauco Alvarado es la presidenta de la Asociación de Productores Comercio Justo Mazamari. (Foto: Pochari)

El 2024 es un año exitoso para Teresa. Con su cacao criollo, ganó el primer lugar en el III Concurso Regional de Cacao de Calidad “Granos Manjar de Dioses” en Junín, con un puntaje de 74.88. Este reconocimiento no solo es un testimonio de la calidad de su grano, también de su dedicación y pasión por lo que hace. «El fermento y la selección cuidadosa de los granos son claves para nuestra calidad», explica.

Productos bandera

Bajo la marca «Pochari», Teresa y su asociación desarrollaron una variedad de productos que resaltan la riqueza del cacao de la región. Entre sus ofertas destacan chocolates con cáscara de cacao, granos de café y pasta de cacao. Todos estos productos son elaborados con meticulosidad para asegurar la máxima calidad y sabor.

Además, Teresa innovó con productos como chocolate con cereales, que fueron bien recibidos tanto a nivel local como nacional. «Queremos que cada bocado de nuestros productos sea una experiencia memorable», dice con orgullo.

Teresa Arauco Alvarado: La dulce historia detrás del mejor cacao de Junín
La productora participará en el Concurso Nacional de Cacao de Calidad 2024. (Foto: Inforegión)

Metas y sueños

El éxito reciente no disminuye la ambición de Teresa. Entre sus objetivos está la construcción de una planta de procesamiento que permita a la asociación manejar todo el proceso productivo de manera independiente. «Necesitamos un terreno adecuado para solicitar las máquinas necesarias», explica. 

Esta planta no solo reduciría los costos de producción, sino que también aseguraría una calidad consistente en todos los productos. Otro de sus sueños es continuar participando y destacándose en eventos nacionales e internacionales, como el Salón del Chocolate y Cacao en Lima, donde espera obtener más reconocimientos y expandir su mercado.

«Nuestro cacao no es solo un producto; es el fruto de nuestra tierra, de nuestra historia y de nuestro esfuerzo colectivo. Queremos que el mundo lo pruebe y sienta la dulzura de nuestra dedicación», concluye Teresa, con una sonrisa que refleja el dulce éxito de su labor.

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