En las profundidades de Loreto, la Asociación de Pescadores Kandozi se erige como guardiana de las aguas amazónicas y defensora de su rica tradición pesquera. Con más de 20 comunidades a lo largo de la cuenca del Pastaza, el pueblo indígena kandozi forjó su identidad en la pesca artesanal, honrando métodos ancestrales que aseguran la sostenibilidad de los ecosistemas acuáticos.
Fundada en 2010, la asociación avanzó de manera significativa. Adoptó prácticas innovadoras como la refrigeración del pescado fresco para abastecer a las localidades de Tarapoto, Yurimaguas y San Lorenzo.
«Antes trabajábamos el pescado seco y salado, pero ahora vendemos pescado fresco y refrigerado, que distribuimos a toda la provincia de Loreto, incluyendo Tarapoto, Yurimaguas y San Lorenzo», afirmó Gunter Yandari, presidente de la Asociación de Pescadores Kandozi.
Desafíos y expansión futura
La asociación involucra a más de 20 comunidades, aunque el líder reconoce la limitación en su capacidad de servicio. «Hay más de 5000 habitantes en nuestro pueblo, pero solo podemos atender a 120 familias. Queremos expandirnos, pero nos falta capital», señaló Yandari.
En la comunidad, la falta de dinero es un problema que el presidente recalca de manera reiterada e indica como su mayor dificultad. “Nuestro principal problema es el capital. Para atender a la población necesitamos mucho capital”, enfatizó.
Asimismo, la comunidad se enfrenta a la falta de infraestructura educativa y de salud. «Estamos abandonados por el Estado. La distancia nos limita en educación y salud. Necesitamos más apoyo para mejorar nuestras condiciones de vida y superar la carencia de capital que tenemos», lamentó el presidente de la comunidad.
Pesca kandozi: Patrimonio Cultural de la Nación
A pesar de las dificultades de la comunidad, la pesca artesanal Kandozi fue recientemente declarada Patrimonio Cultural de la Nación, un reconocimiento que Yandari atribuye al compromiso de su pueblo con la tradición pesquera. «Nos dedicamos al 100% a la pesca. Es nuestra identidad y patrimonio», destacó.
Futuro de la comunidad
Respecto al futuro, Yandari expresó sus expectativas de vender productos a Qali Warma, pero señaló la necesidad de superar desafíos logísticos. El presidente de la asociación comentó que, en los meses de invierno, no son capaces de abastecer las cantidades que se les piden. «Queremos criar alevines en jaulas flotantes para garantizar el abastecimiento constante durante todo el año», explicó.