HUÁNUCO. Desde hace tres años, Juan Daza Rufino y su familia crían abejas cerca a su casa en el caserío de Alto Bejucal, distrito de Mariano Dámaso Beraún, provincia de Leoncio Prado. Estos insectos son particulares, ya que no obligan a que los apicultores utilicen indumentario para no ser picados. Se trata de las abejas angelitas y las de sin aguijón.
Repartidas en 30 módulos, las abejas se encuentran en el patio trasero de la casa de Juan Daza. Gracias a que son inofensivas, el apicultor puede colocar los cajones de estos insectos cerca de su vivienda para darles un mayor cuidado. “Siempre he tenido ganas de juntar a las abejitas y ampliar su población. Estas abejitas son de la zona”, mencionó Daza a Inforegión.
Miel fina
A diferencia de otras variedades de abejas, las angelitas y las que no tienen aguijón producen miel una vez al año. Según Daza, este 2024 la cosecha está prevista para el mes de agosto, momento en el cual podrá extraer una miel más fina.
De acuerdo a Gilman Pulgar Castro, supervisor de apicultura de la Comisión para el Desarrollo y Vida sin Drogas (Devida), señaló que Daza producirá entre medio litro a un litro por cada colmena que cuenta. Añadió que esta miel tiene propiedades de fertilidad, anticicatrizante, antimicrobianas y antiinflamatorias
El productor Juan Daza manifestó que a diferencia de la miel de abeja regular, la miel que producen las angelitas y las que no tienen aguijón son más cotizadas. En el mercado, cada botella de este néctar llega a costar alrededor de entre S/100 a S/120 por kilo.
Gilmar Pulgar indicó que, pese a que el insecto se encuentra en la zona, la población no supo aprovecharlo. “No le hemos hecho caso durante varios años. (…) En la actualidad, estamos en un proceso de inventariado para saber quienes tienen estas abejitas y que cantidad”, señaló el ingeniero de Devida.
Beneficio al ecosistema
El supervisor de apicultura destacó la importancia de estos insectos para el ambiente. “Por el Día Mundial de las Abejas, invocamos a que puedan hacer esta crianza de estas abejas, ya que es una forma amigable de convivir con la naturaleza”, aseguró.
Añadió que la crianza de las abejas angelitas y las de sin aguijón permite la preservación de estas especies. Asimismo, animó a más personas para que se sumen a esta actividad económica que contribuye con el equilibrio ecológico del ambiente.
Juan Daza Rufino dijo que está dispuesto a compartir su experiencia con estos insectos con el objetivo de que más personas críen a las abejitas. “Sí, hay que compartir la experiencia, cómo se trabaja, para otras personas que desean tener a estos insectos”, finalizó el productor de Alto Bejucal.