En el valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro, conocido como el Vraem, una zona históricamente azotada por el narcotráfico y la violencia, una mujer destaca con el cultivo alternativo de cacao y se ha convertido en un símbolo de superación y liderazgo femenino.
Susi Berrocal Cabrera inició su camino hace 14 años, rompiendo las barreras del machismo y la discriminación, hasta convertirse hoy en una líder en la producción de cacao de calidad, con reconocimientos a nivel nacional.
Originaria de Huancavelica, Susi llegó al Vraem en 2010 a los 20 años, acompañando a su pareja al distrito de Sivia en Ayacucho. En esta zona, al igual que en otros rincones del Vraem, donde el cultivo de coca ilegal ha sido por años una de las principales actividades económicas, el cacao ha surgido como un cultivo alternativo con el potencial de competir y brindar oportunidades a las familias productoras.
Fue aquí donde Susi decidió sumergirse en el mundo de este fruto, comenzando en la parcela de su suegra y más tarde adquiriendo su propio terreno en la comunidad de Sevite Alta, en el mismo distrito, provincia de Huanta.
Un inicio lleno de retos
Susi vendía su cacao sin seguir los protocolos adecuados de fermentado y secado, y formó parte de una asociación de productores que no le brindaba los beneficios esperados. Un quiebre definitivo llegó en 2017, cuando una capacitación sobre elaboración de chocolates que tanto esperaba nunca se concretó.
Fue esta decepción, sumada a las ganas de aprender de Susi, lo que terminó su relación con ese lugar. Encontró un nuevo rumbo en la Cooperativa Agraria Cafetalera El Quinacho, una entidad comprometida con la equidad y la calidad en la producción. Susi se asoció en solitario y descubrió el concepto de comercio justo, donde un mejor producto significa una mejor paga y mayores oportunidades.
«Al principio cultivaba cacao para consumo personal. Para aprender más me acerqué al ingeniero Cristian Torres, quien visitaba nuestra cooperativa. Asistí a sus enseñanzas dos o tres veces por semana durante medio año. Luego, él me sugirió practicar mientras aprendía, ofreciéndome una compensación. Como no quería dejar de aprender, el ingeniero solicitó capacitaciones a la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (Devida)», cuenta Susi a Inforegión.
Desde entonces, se enfocó en mejorar su producción a través de capacitaciones constantes. Asistió a cursos de Devida, de Lutheran World Relief (LWR) y aprendió de ingenieros como Cristian Torres, combinando todos los conocimientos para obtener un producto de calidad excepcional.
Rompiendo barreras con determinación
Su esfuerzo rindió frutos en 2023, cuando obtuvo el quinto y sexto puesto en el XVII Concurso Nacional de Cacao de Calidad, dentro de la categoría micro-batch (chocolate elaborado en pequeños lotes: del grano a la barra) con 70% de cacao, recibiendo la medalla de bronce. Este reconocimiento impulsó su determinación para seguir mejorando y destacando en su industria.
Sin embargo, el camino no ha sido fácil para Susi. Ha tenido que enfrentar numerosos desafíos, desde la desaprobación inicial de su esposo y la comunidad, hasta las críticas machistas de los varones. «Mi esposo creía en lo que el resto decía sobre mí, que hacía las cosas en vano. También, en mi propia comunidad, la gente machista le criticaba por qué iba yo, cuando quien debía ir era él en mi lugar y hasta le metían ideas de celos», relata Susi.
Ser madre también fue un obstáculo, pues debía dejar a sus hijos para poder trabajar y capacitarse. «Cada vez que iba de viaje, solo pensaba en ellos. Pensaba cómo están, si están comiendo bien, haciendo sus tareas, yendo al colegio», comparte con preocupación.
Inspiración para otras mujeres
A pesar de estos desafíos, su perseverancia y determinación la han llevado a convertirse en un referente para otras mujeres. Hoy, Susi Berrocal Cabrera es la presidenta de la Red de Mujeres Lideresas del Vraem y vicepresidenta del Consejo de Administración de la Cooperativa El Quinacho.
Su voz y su historia son un testimonio vivo de que el cambio es posible, incluso en las regiones más golpeadas por la violencia y el narcotráfico. Ha compartido su experiencia y desafíos en eventos como el I Encuentro Regional de Mujeres Lideresas del Vraem, desarrollado en Satipo, Junín, organizado por el proyecto ‘Transformando el Vraem’ de Lutheran World Relief (LWR), con el apoyo de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid).