Jonathan Ríos Romero es el artista que protagoniza la travesía de un pintor de la Amazonía. Usa tintes y pigmentos naturales, resinas, carbón vegetal, cortezas de árboles y arcillas naturales, para pintar sus cuadros. Representa animales, aves y la vida silvestre. “Intento crear una simbiosis entre mis pinturas y los insumos que uso, y entregar un mensaje por la defensa de la Amazonia”. Del 7 al 18 de febrero sus cuadros se exponen en la sala de exposición The National Art Center Tokio. Esta es una de las salas más importantes del mundo.
Primeros años
Nació el 2 de febrero de 1986 en la ciudad de Lima. Pero a los dos meses de nacido fue traído a Puerto Maldonado, capital de la región Madre de Dios. Allí fue criado y educado por sus abuelos y tíos, pues su madre era muy joven. Cuando empezó a dar sus primeros pasos pudo contemplar la Amazonia y la vida silvestre. Los años de su infancia las vivió junto a su abuelo Víctor Raúl Romero Somero. Él era médico y en sus ratos libres se dedicaba a la pintura. Su abuela Zaida Margarita Ripamonti Tamagno, y sus tíos Veronika, Ricardo y Giuseppe le proporcionaron cariño, unión familiar y un amor por la naturaleza.
La región Madre de Dios, donde creció y se hizo joven, está en la parte suroriental del Perú. Posee seis parques o reservas nacionales. Si a eso añadimos las áreas de concesión de madera, castaña, conservación para el ecoturismo, se tiene una cifra del 65% del territorio regional en conservación y con manejo sostenible. Es una las regiones con mayor biodiversidad del Perú.
La Amazonía como inspiración
De niño, Jonathan caminaba por esos bosques para ver a los animales silvestres, las aves en las copas de los árboles del shihuahuaco y la lupuna. Esas imágenes de los árboles gigantes de la Amazonía, donde las águilas arpías construyen sus nidos, y la poderosa imagen del jaguar caminando por las orillas del rio Tambopata, se quedarían grabadas en su mente por años. Luego pasaría a retratarlas en sus cuadros.
En Madre de Dios, Jonathan vivió los cambios de los últimos 20 años. El incremento de la tala ilegal, la agricultura migratoria, la minería en sus ríos, humedales, lagos y la aparición economías ilegales. Según el portal Geobosques entre el 2001-2021 Madre de Dios perdió 277 295 hectáreas de bosques primarios. Cada año se deforestan entre 20 mil a 23 mil hectáreas. “Yo miraba cómo los árboles de shihuahuaco eran trasladados en trozas en los carros hacia la capital para su comercialización”, afirma.
Inicios en la pintura
Empieza a pintar cuando culmina la secundaria. Es autodidacta. Se define como artista plástico. Admira a Leonardo Da Vinci (a quien considera un genio e inventor) y a Salvador Dalí. Al inicio de su carrera artística estudió sus creaciones artísticas. Así fue explorando y descubriendo nuevos recursos dejando que fluyera sus propias creaciones.Sus primeras creaciones son imágenes abstractas. “Destellos”. Una imagen de árboles cortados, “Emotion” refleja un incendio forestal expandiéndose. “Skywalker” a un indígena atrapado en un incendio. “Inti Estelar” presenta un hongo que aparenta estar por encima de los árboles. “Motmot” es un tronco de árbol talado y un pájaro trogon posando encima. “Temple Guardian” es el rostro de un indígena con una taricaya de colores pegada al rostro.
Algunas imágenes estaban pintadas en las paredes de los colegios Guillermo Billinghurst y del Faustino Maldonado. Ahora ya no existen porque fueron remodeladas por completo en los últimos años. Una de sus creaciones es un maquisapa o mono araña. Está en la sala de la empresa Forestal Otorongo. La de un águila arpía está colgada en un local de las comunidades nativas de la reserva Amarakaeri. En tanto, la de una cabeza de un Jaguar se exhibe en el Restaurant “Tragos y Hamas” de la plaza de armas de Puerto Maldonado.
El jaguar y el águila arpía
Jonathan expone dos cuadros en el Museo Central de Arte Nacional de Tokio del 7 al 18 de febrero. Se exhiben las imágenes de un jaguar y la cabeza de un águila arpía. Ambos animales están en la categoría casi amenazado en la lista roja de la UICN. Según el proyecto Áreas Amazonía, en las áreas protegidas de Madre de Dios se estima que hay 6 mil jaguares. “La presencia en los bosques de estas dos especies son indicadores de la buena salud de la flora y fauna silvestre” dice Cesar Ascorra, director del Centro de Innovación Científica Amazónica (Cincia). Ambos animales requieren grandes espacios para alimentarse, reproducirse y mantener sus poblaciones. Por eso son considerados especies paraguas ya que su conservación beneficia a otras especies y procesos ecológicos. Con ello aseguran la vida silvestre.
Jonathan usa materiales endémicos para sus creaciones. Son tintes y pigmentos naturales que usan las comunidades nativas. Tenemos el huito, achiote, sangre de grado, uña de gato. Adicionalmente, resinas y cortezas de los árboles, carbón vegetal del shihuahuaco y de la castaña. También arcillas que comen aves y animales del bosque. Esto lo complementa para sellar con acrílicos y pasteles.
Materiales y técnicas utilizados
La cabeza del jaguar es voluminosa y con una mandíbula prominente. El color de sus ojos varía de un tono amarillo oro a un amarillo verdoso. La base de su pelaje suele ser entre amarillo pálido y castaño rojizo. La piel está cubierta de manchas negras en forma de rosa para camuflarse en su hábitat. Jonathan inicia pintando los bocetos con carbón de shihuahuaco para pintar al jaguar. Usa el achiote que tiene el tono amarillo naranja que tiene el cuerpo del animal. Las manchas negras se pintan con carbón vegetal. Para el rostro usa arcillas claras con la mezcla de la sangre de grado. La corteza de shihuahuaco tiene un rojo oscuro intenso que se asemeja a la tonalidad del hocico del jaguar.
El plumaje del águila arpía tiene tres tonalidades básicas. Gris en la cabeza. Gris muy oscuro, casi negro, en la doble cresta en la cabeza, el cuello, parte superior del cuerpo y de las alas. Se añade el gris muy claro, casi blanco, en la parte inferior del cuerpo y de las alas. Para pintar el águila arpía usa el carbón del shihuahuaco para la partes oscuras y grises. Con la mezcla de arcilla clara y sangre de grado llega al tono de los ojos del ave. De esta forma Jonathan busca una simbiosis con los materiales que se usa y los colores del animal. “Intento pintar morfológicamente el animal. No hago una fotografía, sino que la gente pueda ver un animal como fenotípicamente es”, dijo.
Una técnica como la de Klimt
Los vimos en su domicilio del barrio Olivia Reyner, en Puerto Maldonado, donde tiene su taller. Estaba mezclando tintes, pigmentos, resinas y pintando capas sobre capas, buscando tonalidades más fuertes al inicio y más sueves al final, intensificando hasta llegar al color que se asemeje más al animal. Carlos Domingo Pérez Alencart, director de la Cámara de Comercio, conoce a Jonathan desde niño. Dice las técnicas mixtas que usa se parecen a las de Gustav Klitm, el pintor del retrato de Adele Bloch-Bauer I, conocida como la dama de oro. Es una pintura hecha con oleo y oro en tela. Se trata de un cuadro tan importante como la Gioconda de Leonardo Da Vinci.
Jonathan usa la resina y el carbón del shihuahuaco. Ello se explica porque en estos árboles es donde las águilas arpías tienen sus nidos. Esto les permite ver el dosel del bosque y poder buscar sus presas. Para tener un metro de diámetro de grosor el shihuahuaco puede haber pasado los 500 años. En tanto, los árboles talados para el comercio de su madera pueden haber superado los mil años.
Jonathan piensa que la mejor forma de proteger a los animales, las aves y la vida silvestre de la Amazonia es a través del arte. Por eso “en mis cuadros quiero mostrar lo que está sucediendo en Madre de Dios para que el mundo entero vea, más allá de lo que uno no ve”, refiere.
Vamos a Japón
Llega a Japón con el apoyo de su esposa Merry Han Lobo Amador, de parientes japoneses. Viaja llevando sus trabajos de pintura, materiales e insumos endémicos de la Amazonía. Busca nuevos horizontes y también trabajo. “Tenía la ilusión de exponer algún día en alguna sala de arte las pinturas de la Amazonía” dice Jonathan.
Trabaja en una fábrica, pero en sus ratos libres corría a terminar de pintar sus cuadros. Mientras trabajaba presentaba su portafolio a varias gallerías de pintura. Sin embargo, no había interés por sus cuadros en esos años. En esos tiempos volvió en más de una oportunidad a su región. Recogía insumos, resinas, arcillas, pigmentos. Además, de recorrer la Amazonía a inspirarse para luego volver a Japón.
Pasó más de cinco años de espera y había comprado pasajes para su retorno definitivo en octubre del 2023. Por entonces Akiko Oki, propietario de la “Galería Siacca”, en Ginza Tokio, lo invitó a participar en una exposición de su galería. Akiko consideraba distinto las pinturas de Jonathan, a los trabajos de arte, pintura, y tallados que se presentan en su galería.
Jonathan tuvo que postergar su viaje de retorno a Puerto Maldonado hasta fin de año. Del 23 al 28 de octubre del 2023 por primera vez sus cuadros se exponían en Ginza Tokio. Este es uno de los barrios más lujosos de la ciudad de Tokio. Además, pudo exponer en una de las más importantes galerías de Japón. Allí sus cuadros se vendieron entre US$ 40 mil y US$ 50 mil.
A la conquista de Asia y Europa
Akiko Oki, satisfecho con el interés que Jonathan generó en la Galería Siacca, le invitó a la siguiente exposición en el Museo Central de Arte Nacional de Tokio. Su programación es del 7 al 18 de febrero del 2024. Esta galería se ubica en Roppongi Minato City, Tokio. Es una de las más importantes del mundo. Con instalaciones y un diseño modernista permite una vista panorámica de las obras. Se exhiben obras de William Blake; paisajistas como Turner y Constable; impresionistas como Monet. Adicionalmente, artistas contemporáneos como James Turrel, Olafur Eliasson y Yayoi Kusama.
En enero Jonathan retornó a Puerto Maldonado. Se preparó para la próxima exposición en la ciudad de Tokio. Lo visitamos en su taller del barrio Olivia Reyner para la entrevista. Muy contento nos da dos noticias. La primera se trata de la exposición de sus creaciones (el jaguar y del águila arpía) para la próxima exposición en febrero.
La segunda noticia es que, de la venta de sus pinturas, separa un fondo para financiar proyectos de reforestación en la región Madre De Dios. Se trata de un plan para reforestar plantaciones forestales principalmente arboles de shihuahuaco y otros arboles gigantes de la Amazonía.
Lo que se viene
Jonathan dice que tienen contactos para exponer en Tailandia y realizar otras exposiciones en países asiáticos como China, donde el arte y la pintura son valorados. Luego tiene planes para pasar por Europa para mostrar el arte en defensa de la Amazonía.
Su portafolio de creaciones tiene por nombre “Expansión”. Sus trabajos de arte abstracto tienen como objetivos la deforestación y la pérdida de vida silvestre en la Amazonía. La cultura de las comunidades nativas y el riesgo de la pérdida de animales de los bosques son temas que Jonathan quiere expandir al mundo.