El especialista meteorólogo José Ñiquen, enfatizó en que el trabajo de prevención debe involucrar autoridades y ciudadanía, en relación a las olas de calor, lluvias y aumento de casos de dengue en el país. Esto durante el panel de periodistas de la Red de Medios Regionales.
“No necesariamente porque hay lluvia el sol no va a salir, después de la tormenta aparece el sol, y el sol aparece en su máximo esplendor, también acompañado de radiación UV, que cada vez es más intensa en gran parte del Perú”, mencionó.
Como es de conocimiento, las temperaturas máximas elevadas y lluvias constantes son uno de los principales factores para que el mosquito del dengue pueda reproducirse con éxito. El especialista añadió que los problemas de infraestructura contribuyen a la proliferación del mosquito, “lamentablemente en algunas ciudades, el drenaje es precario”.
Estos problemas, junto al poco acceso a la información de la ciudadanía, generan prácticas como la acumulación de residuos en cunetas o zanjas longitudinales, lo que crea charcos y puntos de acumulación de agua en la vía pública. Esto agrava la situación.
Ñiquen enfatiza en que las temperaturas y lluvias anómalas afectan a todo el país, generando desbordes, granizo en cultivos y ráfagas de viento intensas. Además, advierte la pérdida diaria de terrenos de cultivo como una consecuencia directa de estos fenómenos climáticos.
Sensibilizar para prevenir
Como herramienta de acción frente a estos desafíos, subraya la importancia de sensibilizar a la ciudadanía. “Tenemos que sensibilizar en todos los estratos sociales, a las personas de a pie por ejemplo”. También son necesarias las charlas educativas. “Nosotros hemos hecho talleres con los alcaldes que ingresaron. Hemos hecho talleres porque son grandes retos los que tenemos. No solamente políticos, sino también retos climáticos, retos también de enfermedad”, señaló.
Finalmente, resaltó que los medios de comunicación son herramientas masivas que debemos aprovechar, involucrando a expertos con amplio conocimiento para contribuir a la resiliencia de nuestras ciudades. La educación y la conciencia son clave para enfrentar los retos climáticos y de salud que se avecinan.