UCAYALI. La Escuela de Campo se ha consolidado como una herramienta esencial para capacitar a los productores de piña con conocimientos prácticos y adaptados a sus necesidades locales, permitiéndoles mejorar la eficiencia y sostenibilidad. En este contexto, la primera sesión de la Escuela de Campo, en Huipoca, provincia de Padre Abad, representa un avance en el fortalecimiento de capacidades productivas.
Esta iniciativa forma parte del proyecto «Mejoramiento de las Capacidades Técnicas Productivas y de Gestión Comercial del Cultivo de Piña», financiado por la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (Devida) y ejecutado por el Gobierno Regional de Ucayali. Su objetivo principal es mejorar las habilidades técnicas y de gestión de los productores de piña, un cultivo de gran importancia económica en la región.
Día de Campo
Durante la sesión inaugural, realizada en la parcela del productor Pio Alania Álvarez, los participantes se centraron en tres aspectos críticos del cultivo de piña: selección, desinfección y siembra de los hijuelos. Estos elementos son fundamentales para garantizar un crecimiento uniforme de las plantas, minimizar la incidencia de plagas y enfermedades.
Jhon Samaniego, coordinador del proyecto, destacó que «al llevar la teoría directamente a las parcelas, los productores pueden observar y aplicar de inmediato las mejores prácticas en el manejo de sus cultivos. Este enfoque no solo facilita el aprendizaje, sino que también fomenta la adopción de técnicas agrícolas sostenibles que aumentan la productividad y reducen el impacto ambiental».
Se hizo hincapié en la importancia de que los productores seleccionen hijuelos de alta calidad, lo cual es crucial para asegurar un desarrollo uniforme de las plantas. Este paso es esencial para facilitar un tratamiento, que a su vez influye en la calidad y cantidad de la cosecha.
Aplicación de desinfectantes
Los agricultores recibieron capacitación sobre la correcta aplicación de productos desinfectantes para mantener la sanidad de los hijuelos. Esta práctica es vital para reducir la incidencia de plagas y enfermedades que podrían afectar negativamente la producción. También se promovió el uso de insumos orgánicos, como roca fosfórica, compost y cal agrícola, con el objetivo de mejorar la fertilidad del suelo y disminuir el impacto ambiental.
Asimismo, Moisés Mamani, experto en el cultivo de piña, aseguró que las actividades se alinean con los objetivos generales de mejorar la eficiencia y sostenibilidad de la producción agrícola en la región, buscando incrementar tanto la calidad como la cantidad de la producción de piña, y establecer un modelo de producción responsable con el ambiente.