20PUERTO MALDONADO. Daniel Orizano, especialista del Parque Nacional Yanachaga Chemillén, presentó en el II Congreso Nacional de Investigaciones Científicas en Áreas Naturales Protegidas los hallazgos de su investigación sobre el águila inca (Spizaetus isidori), una majestuosa ave rapaz que enfrenta serias amenazas en los bosques montanos de la selva central de nuestro país.
El águila inca, también conocida como águila negra y castaña, es una especie en peligro de extinción. Son menos de 500 los individuos en el Perú, y la población global no supera los 1000 adultos. Durante su exposición, Orizano destacó que la principal amenaza para la supervivencia de esta especie es la pérdida de hábitat, causada por la expansión agrícola y la deforestación, así como la persecución humana, debido a los conflictos que surgen cuando el águila caza animales domésticos, como gallinas, cerca de las comunidades.
Investigación en las alturas del Yanachaga Chemillén
El estudio de Orizano, realizado junto a Tomás Rivas-Fuenzalida y Hernán Vargas, utilizó tecnología avanzada, como drones y cámaras trampa, para identificar nidos de águilas en zonas remotas y analizar la dieta de la especie a partir de restos de presas. Este trabajo fue un desafío, ya que los nidos suelen encontrarse en pendientes pronunciadas y árboles de gran altura, lo que dificulta su acceso. Además, el águila inca tiene un bajo ritmo reproductivo, criando solo una vez cada dos años, lo que incrementa la vulnerabilidad de la especie.
Los resultados de la investigación revelaron que el águila inca se alimenta principalmente de pavas de monte, monos, armadillos, tucanetas y roedores arbóreos. Como depredador tope, el águila desempeña un papel crucial en el equilibrio de los ecosistemas montanos. Sin embargo, la creciente fragmentación de los bosques ha reducido sus áreas de caza, empujando a las águilas a invadir zonas habitadas por humanos, lo que ha provocado su caza y envenenamiento.
En los últimos 10 años, Orizano registró la muerte de 14 águilas juveniles en las provincias de Oxapampa y Chanchamayo, principalmente por disparos o envenenamiento. Este dato alarmante subraya la urgencia de promover políticas de conservación más efectivas y fomentar una mayor sensibilización entre las comunidades locales para reducir estos conflictos.
Retos y propuestas de conservación
Orizano concluyó su presentación proponiendo un enfoque integral para la conservación del águila inca, que incluya la colaboración con las comunidades locales y la implementación de programas de educación ambiental. Afirmó que la protección de esta especie debe ir más allá de las áreas naturales protegidas, involucrando a las personas que comparten territorio con estas aves y resaltando que el águila inca no es solo un símbolo cultural, sino un indicador clave de la salud de los ecosistemas montanos.
El estudio también sugiere la creación de corredores ecológicos que permitan a las águilas moverse entre áreas fragmentadas en busca de alimento sin tener que acercarse a las zonas pobladas, reduciendo así los enfrentamientos con los humanos.
CNICANP: Un espacio para el conocimiento científico
La presentación de Orizano formó parte del II Congreso Nacional de Investigaciones Científicas en Áreas Naturales Protegidas, que se celebró del 16 al 18 de octubre en Puerto Maldonado. Este evento reunió a más de 1500 participantes, incluidos investigadores, estudiantes y expertos de Perú, Brasil y Bolivia, para compartir conocimientos y experiencias sobre la conservación de la biodiversidad y los desafíos que enfrentan las áreas naturales protegidas.
El congreso, organizado por el Sernanp, ofreció un espacio para la presentación de más de 140 investigaciones sobre temas tan variados como biodiversidad, reforestación, captura de carbono y desarrollo sostenible con las comunidades locales. Además, contó con ponentes internacionales de renombre como Carol Mitchell y Peter Cronkleton, quienes aportaron sus perspectivas sobre los retos globales de la conservación.