En Trujillo se denuncian seis extorsiones diarias, tres de las cuales terminan en atentados con destrucción de propiedades. Por ello, los integrantes de la Unidad de Desactivación de Explosivos (UDEX) son solicitados a diario para evitar que los cartuchos de munición o de dinamita estallen y ocasionen muertes o lesiones.
Sin embargo, aunque estos agentes se encargan de proteger a los ciudadanos y a sus familias arriesgando la vida, su propia institución, la Policía Nacional del Perú, es indiferente y los envía a estas emergencias provistos únicamente de un alicate y un casco de motociclista que ellos mismos tuvieron que conseguir.
SIN MOVILIDAD, SIN PERSONAL
Durante tres semanas, INVESTIGA realizó un recorrido observando de cerca el accionar de estos agentes ante las emergencias constantes por extorsión con explosivos en Trujillo. Si bien la destreza de los agentes no deja lugar a dudas, lo que sí llama la atención es la logística con la que atienden cada caso.
Lo primero que se aprecia es que a cada lugar que amerita su atención, los agentes de la UDEX Trujillo llegan en vehículos que no son propios ni asignados a su unidad. Algunas veces arriban en unidades de serenazgo y otras en patrulleros de alguna unidad amiga.
Esta es la razón por la que siempre se presentan en la zona de emergencia con 40 minutos o hasta una hora de retraso: tienen que esperar un vehículo que los desplace al lugar de la extorsión desde la avenida España de Trujillo, donde tienen un pequeño ambiente como sede.
De acuerdo a los protocolos en desactivación de explosivos, siempre se recomienda que sean cuatro agentes los que atiendan una emergencia, cada uno con funciones específicas. Pero los integrantes de la UDEX Trujillo no pueden darse esos lujos.
Sucede que, para atender todas las emergencias de Trujillo, esta unidad tiene apenas cinco agentes divididos en dos grupos, uno de tres y el otro de dos que atienden un día cada uno. Por ello es que a la zona donde se requiere desactivación solo llegan dos agentes UDEX o a veces, aunque suene increíble, solo uno.
¿QUIÉN PROTEGE A LOS QUE NOS PROTEGEN?
Otra cosa que asombra del accionar de los agentes UDEX es la indumentaria con la que operan y con la que se acercan a un artefacto explosivo para desactivarlo.
El manual exige que un agente UDEX se proteja con un traje zarpador de material kebla que sirve para la protección eficaz en la búsqueda y localización de artefactos explosivos; un chaleco y un casco antifragmentación, ambos de un material especial y resistente; y un escudo Edu Tac para acercarse y evaluar el explosivo sin poner en riesgo la integridad.
También es necesario un manipulador telescópico para coger y transportar el explosivo sin comprometer las manos y brazos del agente; un cañón disruptor que se utiliza para destruir y desbaratar paquetes sospechosos y un maletín UDEX que tiene todo el instrumental adecuado para la desactivación del explosivo.
Pero, nada de esto usan los agentes UDEX de Trujillo, la ciudad con más casos de extorsión del país. Cuando hay una emergencia, los agentes se acercan a los explosivos vistiendo un simple chalecos antibalas de uso común y se colocan un casco de motociclista para cubrirse el rostro, aún sabiendo que esto no los protegerá de una explosión. Y, para desactivar los artefactos peligrosos, solo usan una pinza o alicate de electricista. No hay más.
INVESTIGA trató de dialogar con los agentes UDEX pero evitaron pronunciarse, quizá por orden de su comando. Solo se limitaron a indicar que su trabajo es proteger a la población de Trujillo y anular las amenazas que ponen en riesgo sus vidas.
¿Y quién protege sus vidas? ¿Dónde esta el comando policial y su lema “vida que cuida vidas”? ¿O es que el lema solo funciona para afuera y no para los propios agentes de la UDEX que cada día arriesgan su vida e integridad para luego regresar a sus casas y abrazar a sus familias?
Lea la nota original aquí o visita el medio Investiga