En la vertiente oriental de los Andes, donde el bosque de neblina desciende para encontrarse con la Amazonía, se libra una batalla silenciosa por la biodiversidad. El Área de Conservación Regional (ACR) Q’eros-Kosñipata, un ecosistema estratégico que conecta los páramos altoandinos con la selva baja, ha logrado reactivar su defensa gracias a una alianza entre la sociedad civil, el Estado y las comunidades locales.
A pesar de los avances logrados en 2023 con la conformación inicial de su Comité de Gestión, el 2024 presentó un escenario crítico: la reducción de capacidades operativas y la limitada asignación de recursos estatales dejaron al área vulnerable frente a la pérdida de bosques y los incendios forestales.
Ante este desafío, la organización Pronaturaleza, con el financiamiento del Fondo de Alianzas para Ecosistemas Críticos (CEPF) y el gobierno de Canadá, implementó el proyecto «Reducción de amenazas y empoderamiento de las mujeres», una iniciativa que ha logrado devolver la gobernanza al territorio.
Recuperando la confianza
La intervención priorizó la recomposición del Comité de Gestión del ACR, logrando sentar nuevamente en la mesa a actores públicos y comunidades.
“Volver a reunirnos nos devolvió la confianza para cuidar el área. Hoy las comunidades saben que conservar también es crecer juntos”, declaró Rosa Huamán, representante de la asociación de apicultoras de Kosñipata, destacando el cambio de mentalidad logrado.
El impacto social es significativo. El proyecto beneficia directamente a más de 200 familiasde las zonas colindantes, incluyendo a la emblemática Nación Q’eros (Patrimonio Cultural de la Nación), comunidades campesinas quechua-hablantes como Marcachea y Quico Grande, y la comunidad nativa Q’eros Huachiperi, cuyos líderes participan activamente en la toma de decisiones.
Miel y prevención: Las herramientas de la conservación
La estrategia aplicada no se limita a la vigilancia; integra la economía local. Bajo un enfoque de economía circular, se ha capacitado a la Asociación de Apicultores, con un fuerte énfasis en el liderazgo femenino. Esto ha permitido que las comunidades produzcan miel con estándares ecológicos, demostrando que el bosque en pie es rentable.
Paralelamente, para enfrentar la amenaza física más urgente, se diseñó un Plan de Prevención y Reducción del Riesgo de Desastres. Se han conformado cuadrillas comunales encargadas de promover buenas prácticas y prevenir incendios forestales en los distritos de Kosñipata y Paucartambo, protegiendo así más de 50 319 hectáreas de ecosistemas vulnerables.
Una gestión moderna
El ACR Q’eros-Kosñipata cuenta ahora con instrumentos de gestión actualizados, incluyendo un Plan de Trabajo y una Estrategia de Vigilancia y Control. Estos documentos, validados por la asamblea general, colocan a esta área protegida al nivel de los espacios más consolidados del Sistema Regional de Conservación del Cusco.
La iniciativa demuestra que en Q’eros-Kosñipata, conservar ha dejado de ser una imposición para convertirse en un tejido social donde el liderazgo local, la equidad de género y la protección ambiental garantizan la permanencia de la vida en los Andes.
