La comunidad nativa Infierno, ubicada en Madre de Dios, marcó un hito al presentar su primer chocolate orgánico en el XV Salón del Cacao y Chocolate Internacional, celebrado del 18 al 21 de julio en el Centro de Convenciones de Lima. Este logro es el resultado de un esfuerzo colaborativo entre la comunidad, Conservación Amazónica – ACCA, Aktion Amazonas, la Fundación Erol y la Fundación Dorothy Batten representa un avance en la gestión sostenible de los recursos amazónicos y en la transformación económica local.
Un proyecto de cambio climático con impacto local
La iniciativa, que comenzó en 2019 como un proyecto de adaptación al cambio climático, evolucionó hasta convertirse en un modelo de desarrollo sostenible. Ernesto Velarde, especialista en econegocios de Conservación Amazónica – ACCA, explicó a Inforegión que el proyecto incluyó la construcción de una planta de beneficio de cacao en la comunidad nativa Infierno, ubicada en la zona de amortiguamiento de la Reserva Nacional Tambopata.
Este componente se centró en establecer sistemas agroforestales que no solo generan ingresos mediante el cultivo del cacao, sino que también promueven la recuperación de la cobertura boscosa y la mitigación de los efectos del cambio climático. Velarde destacó: “Aunque algunos creían que un proyecto de cambio climático no tenía un enfoque productivo. Ahora hemos demostrado que es posible convertirlo en una oportunidad económica y sostenible”.
Financiado inicialmente por Euroclima, un programa de la Unión Europea, el proyecto dio lugar a la primera planta de beneficio de cacao en una comunidad nativa de la región. Isabel Mishaja, presidenta de la Asociación Agroforestal Comunidad Nativa Infierno, compartió con Inforegión por qué se unieron a la iniciativa: “Pensamos en el futuro, en nuestros hijos, en los niños. Participamos en este proyecto para tener recursos económicos que beneficien a otras generaciones”.
Desde la planta hasta el mercado
Isabel Mishaja también destacó que el proyecto ha proporcionado capacitación integral a la comunidad. “Contamos con un ingeniero que nos enseña todo, desde la poda y cosecha hasta la poscosecha”, señaló. Durante la XV edición del Salón del Cacao y Chocolate, presentaron su primera edición piloto de dos sabores: bitter al 70% con castañas y bitter al 70% con nibs caramelizados.
La alianza estratégica con la Cooperativa AgroBosque ha sido fundamental para este éxito. Esta colaboración no solo proporciona acceso a una certificación orgánica y acceso a mercados internacionales, sino que también complementa la asistencia técnica permanente proporcionada por ACCA.
Este año, proyectan producir tres toneladas de cacao y obtener su primera certificación orgánica. Además, están en negociaciones con La Ibérica para ampliar su presencia en el mercado. “Nosotros estamos yendo hacia el futuro, queremos salir adelante, exportar a otros sitios también”, añadió Mishaja.
El chocolate de la comunidad nativa Infierno refleja un compromiso con la conservación. La comunidad, con el apoyo de ACCA, equilibra la producción con la protección del bosque amazónico. Este logro no solo representa un avance económico significativo, sino que también ejemplifica cómo las comunidades amazónicas pueden prosperar mientras preservan su entorno natural.