El 14 de enero, las Reservas Comunales Asháninka y Machiguenga conmemoran un año de creación, cumpliendo este 2025 un total de 22 años desde su establecimiento en 2003. Estas áreas naturales protegidas (ANP) se encuentran en las regiones de Junín y Cusco y son fundamentales para la conservación de la biodiversidad y las tradiciones de los pueblos indígenas que han vivido en armonía con sus ecosistemas durante generaciones.
La Reserva Comunal Asháninka: Conservación y biodiversidad
La Reserva Comunal Asháninka (RCA) se encuentra en la parte media del lado occidental de la Cordillera de Vilcabamba, en los distritos de Río Tambo y Pichari, en las provincias de Satipo (Junín) y La Convención (Cusco). Su extensión es de 184 468.38 hectáreas. En esta área protegida, las comunidades asháninkas viven en equilibrio con un ecosistema único. La fauna que habita la RCA incluye especies como monos, felinos, venados y osos, mientras que sus cielos son hogar de aves como guacamayos y paujiles. Además, la vegetación que predomina incluye árboles maderables como la caoba y el cedro, y plantas de uso medicinal, como el estoraque.
El manejo de la reserva es una responsabilidad compartida entre el Sernanp y el Ejecutor de Contrato de Administración de la Reserva Comunal Asháninka (ECO Asháninka), una organización que representa a 22 comunidades indígenas de la zona de amortiguamiento. Este modelo de cogestión busca que la preservación del ambiente se combine con el respeto por las prácticas tradicionales de los pueblos originarios.
Aunque la remota ubicación de la RCA limita el acceso turístico, la reserva ofrece un enorme potencial para el ecoturismo. Uno de sus principales atractivos es la cuenca del río Cutivireni, que alberga más de 50 cataratas y paisajes de incomparable belleza. Si bien actualmente no existen ofertas turísticas estructuradas, la zona tiene un gran futuro en el turismo de aventura, con actividades como observación de fauna, ecoturismo de aventura y recorridos aéreos por sus variados ecosistemas. El desafío está en desarrollar estas actividades de manera sostenible, siempre priorizando la conservación de sus recursos naturales.
La Reserva Comunal Machiguenga: Un refugio de biodiversidad intacta
Ubicada en la vertiente oriental de la Cordillera de Vilcabamba (Cusco), la Reserva Comunal Machiguenga (RCM) abarca 218 905.63 hectáreas y es uno de los pocos ecosistemas intactos que quedan en Perú. Las comunidades machiguengas, asháninkas, kaquintes y yines que habitan esta área son los principales guardianes de su biodiversidad. La reserva también tiene un papel importante en la conservación de los afluentes del río Urubamba, que es esencial para el ecosistema y las poblaciones locales.
La fauna que habita en la RCM incluye más de 150 especies de aves y 58 de mamíferos, algunos de ellos en peligro de extinción, como el jaguar y el tapir. Además, la vegetación es rica en árboles maderables, lo que aumenta el valor ecológico de la reserva. Al igual que la RCA, la gestión de la RCM se realiza en colaboración entre el Sernanp y el Ejecutor de Contrato de Administración (ECA) Maeni, que representa a las comunidades locales.
Así como en el RCM, el ecoturismo en la Reserva Comunal Machiguenga enfrenta obstáculos debido a su ubicación remota y los altos costos de acceso. Las visitas turísticas son limitadas y, en su mayoría, provienen de viajeros mochileros que se aventuran desde Cusco. Sin embargo, se ha identificado un gran potencial para el desarrollo del ecoturismo, especialmente en la zona del Urubamba, que ofrece tanto recursos naturales como oportunidades para el desarrollo de la artesanía local.
Desde Inforegión, saludamos el aniversario de ambas reservas y destacamos su invaluable contribución a la conservación de la biodiversidad y el fortalecimiento de los derechos territoriales de los pueblos indígenas.