El Santuario Histórico de Machupicchu, en la región Cusco, es escenario de un estudio sobre el oso andino (Tremarctos ornatus), también conocido como ukumari en quechua. Este trabajo, liderado por el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp) y la organización Conservación del Oso de Anteojos (Spectacled Bear Conservation, SBC), utiliza collares de monitoreo satelital para rastrear a cuatro ejemplares de esta especie.
La investigación, que comenzó en mayo de este año, busca comprender las rutas de desplazamiento, sitios de alimentación y preferencias reproductivas de los osos. Roberto Quispe, especialista en monitoreo biológico del santuario, destacó que esta tecnología permite identificar las dinámicas silvestres del ukumari y sus interacciones con el entorno humano.
Entre 2022 y 2024, se han registrado 49 individuos independientes de oso andino en el Santuario Histórico de Machupicchu. Esta cifra incluye ejemplares mayores de un año que ya no dependen de sus madres, lo que resalta la importancia de proteger su hábitat para garantizar la viabilidad de la especie.
Hallazgos clave
Los primeros resultados del monitoreo revelan diferencias entre los patrones de movimiento de los machos y las hembras. Mientras los machos recorren áreas más extensas, algunas hembras y machos ocasionalmente salen del área protegida en busca de alimento, acercándose a zonas habitadas por humanos.
Estos hallazgos no solo contribuyen al conocimiento científico sobre la especie, sino que también ayudan a identificar posibles conflictos entre osos y comunidades locales. Con esta información, las autoridades podrán diseñar estrategias de mitigación efectivas, promoviendo la convivencia armónica entre la fauna y las personas.
El trabajo colaborativo realizado en Machupicchu no solo beneficia a esta ANP específica, sino que también sirve como modelo para implementar iniciativas similares en las casi 30 áreas protegidas donde se ha registrado la presencia de osos andinos.
Compromiso
El monitoreo del oso andino en Machupicchu sigue los lineamientos del Plan Nacional de Conservación del Oso Andino, una estrategia que busca contrarrestar amenazas como la deforestación, la fragmentación de hábitats y la caza ilegal.
Desde 2014, se han implementado protocolos internacionales y cámaras trampa en el santuario para recopilar información detallada sobre esta especie emblemática. La tecnología de monitoreo satelital es una herramienta clave que complementa estos esfuerzos.