AMAZONÍA. En el transcurso de los últimos nueve años, el Proyecto de Monitoreo de la Amazonía Andina (MAAP, por sus siglas en inglés) ha examinado los problemas vinculados con la deforestación en la región amazónica de cinco países de América del Sur. El informe número 200, recientemente publicado, reveló el estado actual de la Amazonía a principios de 2024.
Según MAAP, la situación general es extremadamente preocupante y requiere una atención urgente. La Amazonía se acerca a dos puntos críticos relacionados con la deforestación. El primero es el riesgo de que los bosques húmedos se conviertan en zonas áridas, conocidas como sabanas, a medida que disminuyen los ciclos húmedos. El segundo —y más reciente— es la transformación de la Amazonía de sumidero de carbono, como amortiguador del cambio climático, a una fuente emisora de carbono.
Sin embargo, también existen aspectos positivos y esperanzadores. Casi la mitad de la Amazonía está protegida como áreas naturales o territorios indígenas, lo que frena la deforestación. Además, datos de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) dio a conocer que la cuenca aun alberga grandes reservas de carbono. Otro avance favorable es la reducción de la pérdida de bosques primarios detectada entre 2022 y 2023, sobre todo en Brasil y Colombia.
Perú entre los países con mayor pérdida de bosques
De acuerdo con el informe, la construcción de carreteras, la agricultura, la ganadería y la minería de oro son las principales causas de deforestación en la región. Brasil, Bolivia, Perú y Colombia concentran la mayor pérdida de bosques, siendo Brasil el país con más afectaciones.
En el caso de Brasil, la deforestación es impulsada por la expansión de pastizales para la ganadería, el cultivo extensivo de soja y la minería de oro. La deforestación en Bolivia, en los últimos años, también se ha concentrado en plantaciones de soja, donde ha surgido una creciente participación de comunidades menonitas en el cultivo de este producto.
Perú ocupa el tercer lugar en tasa de deforestación de la región, detrás de Brasil y Bolivia. Una de las principales causas de esta problemática es la presencia de nuevas colonias menonitas en la Amazonía central, que han generado la pérdida de 7032 hectáreas de cobertura boscosa, entre 2016 y 2023. Otro factor es la minería de oro en el sur. Esta actividad ha provocado la deforestación en casi 24 000 hectáreas.
Protección de la Amazonía para mitigar el cambio climático
Por otro lado, Colombia, en cuarto lugar, ha experimentado una disminución notable en la deforestación durante el 2022. Sin embargo, la pérdida de bosques se concentra en un «arco de deforestación» que rodea áreas protegidas y reservas indígenas, lo que indica que a pesar de la mejora general, todavía existen desafíos específicos en ciertas zonas del país.
En cuanto a Ecuador, aunque representa solo el 1% de la pérdida total en toda la Amazonía, este país experimentó la deforestación más alta en 2022. Esto se debe, principalmente, a actividades como la minería de oro, la expansión de plantaciones de aceite de palma y la agricultura a pequeña escala.
El informe de MAAP resalta la necesidad de proteger la Amazonía dada su importancia global para la mitigación del cambio climático y el desarrollo sostenible regional. Asimismo, señala que el monitoreo continuo y la conservación efectiva de áreas protegidas y territorios indígenas serán claves en los años venideros.
MAAP es una iniciativa que se dedica a la vigilancia y análisis de la deforestación y otros cambios ambientales en la región de la Amazonía Andina, que abarca países sudamericanos como Perú, Colombia y Ecuador. Este proyecto utiliza tecnologías de monitoreo por satélite y otras herramientas para rastrear y documentar los cambios en la cobertura forestal.