En el marco del Día Internacional para la Reducción del Riesgo de Desastres, es esencial reflexionar sobre la importancia de contar con una estrategia sólida desde los gobiernos locales. La directora de la Escuela de Resiliencia de Escuela R, Victoria Villarrubia, destaca que las emergencias deben considerarse en un contexto de cambio climático, pues incrementa las emergencias vinculadas a los fenómenos hidrometeorológicos o climatológicos.
“No solamente se incrementan en número, sino también en severidad. Es decir, en el impacto negativo que tienen sobre la vida de las personas y sus medios de vida”, añade Villarrubia. Por lo tanto, Perú, un país situado en una región multipeligro, requiere un enfoque coordinado para reducir el impacto de estos desastres.
Los desastres naturales más frecuentes en nuestro país incluyen terremotos, deslizamientos, inundaciones, entre otros. El Fenómeno El Niño y nuestra ubicación en el Cinturón de Fuego del Pacífico agravan nuestra vulnerabilidad. Además, existen emergencias que son también causadas por el hombre, como se ha visto en las últimas semanas con los incendios forestales.
Desafíos para los municipios
Villarrubia añade que los incendios recientes han evidenciado la falta de recursos en los municipios para responder a emergencias. “Muchas veces tenemos gobiernos locales que no tienen los recursos, que no tienen la logística, que no tienen el recurso humano para enfrentar estas situaciones”, alerta la directora. Además, resalta la necesidad de equipos especializados y planes de contingencia adecuados para reducir el impacto en las comunidades.
La gobernanza en gestión del riesgo de desastres (GRD) enfrenta desafíos importantes, en especial la coordinación entre distintos niveles de gobierno. La especialista detalla que en Perú tenemos múltiples actores que actúan en el territorio de manera articulada, sin embargo, muchas veces la normativa no es suficientemente clara en relación a los niveles de competencia técnicos, jurisdiccionales y legales, lo que dificulta el proceso.
Para que un municipio cuente con un plan efectivo de GRD, se necesita no solo un equipo técnico competente, sino también protocolos y procedimientos claros. Pero, según la especialista, aún hay una carencia de experiencia en los gestores locales, lo cual complica la ejecución de un presupuesto eficiente y limita la capacidad de respuesta.
Colaboración para la resiliencia
Villarrubia afirma que “la resiliencia es algo que se construye a partir de una ciudadanía consciente del escenario del riesgo con el cual convive”. La educación juega un papel fundamental en este proceso, pues fomenta una cultura de prevención que involucra tanto a las familias como a las comunidades. Asimismo, la colaboración entre el sector público y privado resulta crucial para cerrar brechas y formar una población preparada para responder de manera autónoma ante emergencias.
En este contexto, el Programa es Especialización en Resiliencia y Riesgo de Desastres, dirigido a gobiernos regionales y municipalidades, busca fortalecer las capacidades de los gestores públicos en GRD a través de una formación teórica y práctica.
Esta iniciativa, impulsada por una alianza estratégica entre Escuela R y EsHoy, permite que gestores de distintas regiones compartan experiencias y estrategias en la atención de emergencias. Con más de 400 gestores participando, el programa promueve una red de conocimientos y apoyo para enfrentar un futuro cada vez más complejo en términos de resiliencia y respuesta ante desastres.