El jefe del Centro de Operaciones de Emergencia Regional (COER) de la región de Huánuco, Aldo Bobadilla, informó que la región registró 122 incendios forestales hasta la fecha. Agregó que ninguno de estos siniestros fue causado por fenómenos naturales, sino que todos tienen su origen en prácticas humanas, vinculadas a costumbres ancestrales relacionadas con la quema de terrenos.
Bobadilla precisó que los incendios afectaron gravemente a la población, con un saldo de 205 personas damnificadas, es decir, aquellas que han perdido sus viviendas, y 481 personas afectadas, que vieron comprometidos sus bienes y su seguridad. En cuanto a las viviendas, 18 fueron destruidas completamente, 26 quedaron inhabitables y 63 han sufrido daños parciales.
Pérdidas ambientales y en cultivos
Asimismo, destacó que el impacto no solo se dio en los inmuebles, sino también en los medios de subsistencia de los habitantes. Hasta la fecha, se perdieron 16 animales vacunos y otros 155 fueron afectados. En el caso de los ovinos, también se registraron 155 ejemplares afectados, lo que representa un duro golpe para las economías rurales dependientes de la ganadería.
En cuanto a la cobertura vegetal, Bobadilla señaló que el fuego arrasó con 2330 hectáreas de pastizales altoandinos, que son fundamentales para el sustento de los pastores y para la conservación del ecosistema. Adicionalmente, 509 hectáreas de bosques, entre los que se incluyen plantaciones de eucalipto y otras especies, también fueron devastadas.
En el sector agrícola, las cifras son igualmente preocupantes: 295 hectáreas de cultivos fueron afectadas, mientras que 321 hectáreas están completamente perdidas, afectando a las familias que dependen de la producción agrícola para su subsistencia.
Falta de coordinación dificulta la prevención
Bobadilla destacó que, a pesar de los esfuerzos realizados por las autoridades locales y regionales, las prácticas de quema agrícola son una de las principales causas de los incendios. Estas prácticas, que tienen raíces en costumbres ancestrales, no solo ocurren en Huánuco, sino en distintas regiones del país.
En cuanto a la labor de prevención, el jefe del COER señaló que se trabaja de manera articulada con el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi) para prever condiciones climáticas que pudieran exacerbar los incendios.
No obstante, resaltó que al tratarse de incendios provocados por el hombre, la prevención requiere un esfuerzo adicional, que pasa por la educación y el cambio de hábitos en las comunidades rurales.
Falta de participación de instituciones clave
Durante la entrevista, Bobadilla expresó su preocupación por la falta de participación de algunas instituciones en las reuniones de la Plataforma Regional de Defensa Civil, convocadas para abordar la situación de los incendios.
«Cuando se convoca a una reunión de urgencia para tratar un tema específico, como los incendios forestales, es fundamental que todos los actores participen», subrayó. Sin embargo, mencionó que instituciones clave como la Fiscalía de Prevención del Delito y la Defensoría del Pueblo no estuvieron presentes en estas reuniones.
Por último, Bobadilla aseguró que se está trabajando de manera constante para mejorar los mecanismos de respuesta. En este sentido, destacó la importancia de que los gobiernos locales activen sus plataformas de defensa civil y trabajen de manera articulada con todas las áreas, incluidos directores y gerentes, para garantizar una gestión eficiente del riesgo.