La crisis medioambiental del futuro tendrá como principal protagonista al agua, y es que el recurso hídrico le hace falta todavía a 2000 millones de personas en el mundo, según el último informe de la Unesco. Ante esta situación surge la necesidad de implementar nuevas técnicas que permitan reciclar las aguas servidas para su uso en la agricultura sostenible.
El biofiltro es un innovador artículo permite que las aguas grises o domésticas se transformen en agua para regar los cultivos. Esta técnica fue probada en el Estado brasileño de Pernambuco. El filtro biológico neutraliza el líquido que proviene de lavabos, duchas, lavaderos y lavadoras y fue diseñado por la Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (Embrapa) y la Universidad Federal Rural do Semi-Árido en Río Grande do Norte.
¿Cómo funciona?
El proceso comienza cuando las aguas grises ingresan por una trampa de gasas y luego siguen por un filtro que puede llegar a medir hasta un metro de profundidad y está hecho de guijarros, piedra triturada, arena lavada, aserrín y humus con lombrices de tierra tipo californiano.
Éstas últimas tienen un rol fundamental, pues se alimentan de astillas de madera y del humus por lo que absorben los residuos de jabón y productos de limpieza. Una vez que el agua pasa por el filtro se dirige a un tanque de reutilización para ser bombeada a otro tanque y por último al sistema de riego.
La iniciativa se vuelve una excelente solución para los pequeños productores al norte de Brasil, ya que busca mitigar los impactos de la escasez de agua en temporada de sequías, generando hasta 1500 litros de agua por semana (lo que consume una familia).
El agua en el Perú
De acuerdo con la Autoridad Nacional del Agua (ANA) nuestro país se encuentra en el puesto 8 del ranking mundial de países con mayor cantidad de agua, gracias a que el río Amazonas, el más caudaloso del planeta pasa por el territorio. Sin embargo, por otro lado el cambio climático generó que 200 km de glaciares se derritan desde 1970. Es por esta razón que debemos aprender nuevas técnicas para aprovechar el agua de consumo humano en actividades como la agricultura que emplea el 60 % de este recurso.
Algunas regiones donde puede aprovecharse este filtro biológico son: Amazonas, Ucayali, Mantaro, Apurímac, Ica y otras 9 ciudades, donde se han nombrado a autoridades administrativas del agua (AAA) a nivel nacional para atender las principales cuencas.
Casos de éxito
El biofiltro es una tecnología replicable por su fácil procedimiento. Por ejemplo, en Izacolândia, Brasil, las plantas regadas con aguas grises reutilizadas y fertilizadas con estiércol alcanzaron una mayor concentración de nutrientes.
“Hemos observado que las aguas grises reutilizadas tienen una mayor concentración de nutrientes, como nitrógeno, fósforo y potasio”, dice la ingeniera agrónoma Roseli Freire de Melo, investigadora de la Embrapa Semiárido, responsable de los estudios con el biofiltro.
La inversión de implementación bordea los 1200 dólares y gracias ello las aguas que antes eran desechadas pueden ser tratadas, almacenadas y utilizadas para riego, aumentando la productividad de los cultivos y haciendo que el productor ahorra alrededor de R$ 3 mil (o US$ 523,46) en la compra de raquetas de palma (planta) para alimentar a los animales.
Esta podría ser la mejor manera de transformar un problema en una oportunidad que fortalece la producción familiar, brinda saneamiento básico en zonas rurales y aumenta la disponibilidad de agua, sobre todo porque el consumo mundial se dobla cada 20 años (un ritmo dos veces mayor que el crecimiento humano).