En la región San Martín, a unos 20 km de Tarapoto, en Lamas, hay un grupo de más de 40 artesanas reunidas en la Asociación “Warmi Awadora”, que significa mujer tejedora, actividad que las caracteriza y define su forma de vida.
Las pobladoras indígenas tienen el firme compromiso de revalorar y conservar la tradición del tejido, labor que se refleja en sus bellas y coloridas creaciones utilizando técnicas ancestrales. Un ejemplo de ella es María Elena Sangama, representante del colectivo artístico.
“Nuestro trabajo no solo es el tejido, también sembramos, cultivamos, cosechamos e hilamos el algodón nativo que es nuestra materia prima”, comenta María Elena, quien añade que desde el inicio contaron con el respaldo del Programa Bosques del Ministerio del Ambiente (Minam), a través de sus incentivos económicos de conservación, lo que les ha permitido perfeccionar sus producciones y comercializarlos.
Trabajo con comunidades
En nuestro país, la organización Rainforest Alliance trabaja con el emprendimiento de mujeres indígenas para “fortalecer sus capacidades para el desarrollo de bionegocios que faciliten la mejora de ingresos y el empoderamiento económico de las mujeres, mientras se conserva la identidad cultural y se transfiere entre generaciones”, señalan desde la organización.
En julio de este año, el equipo lideró la coordinación de los talleres “Tejiendo saberes», en los que las mujeres mayores de las comunidades enseñaron a las niñas y adolescentes a realizar los tejidos y bordados típicos de la cultura Kichwa, los mismos que forman parte de los productos de Warmi Awadora.
Fueron un total de 15 niñas y adolescentes, quienes participaron de los talleres en los que el orgullo por la identidad cultural y el conocimiento de las mujeres mayores las motivó a seguir aprendiendo las técnicas de bordado para preservar este legado en el tiempo.
Warmis trabajadoras
Las integrantes de “Warmi Awadora” provienen de las comunidades Copal Sacha, Chunchiwi y Chirikyacu, de Lamas; y Chirik Sacha, de El Dorado, que fueron beneficiadas con el mecanismo de incentivos del Programa Bosques, y en conjunto, contribuyen con la conservación de más de 16 000 hectáreas de bosques comunales, en beneficio de más de 330 familias de esa zona del país.
Sin duda, estas mujeres lideresas potencian sus habilidades para tejer y realizar las piezas artesanales a las niñas de sus comunidades y así desarrollar espacios de educación intergeneracional sobre la elaboración de sus artesanías, para la continuidad y preservación de su identidad cultural.