La Reserva Nacional de Paracas (RNP) continúa en el centro de una intensa controversia legal y social. La Sociedad Nacional de Pesquería (SNP) ha intensificado sus esfuerzos para permitir la pesca industrial de anchoveta dentro de esta área protegida, desatando preocupaciones entre pescadores artesanales, comunidades locales, y organizaciones ambientales. Inforegión visitó el lugar para captar las voces de diversos actores que podrían verse gravemente afectados si la SNP obtiene un fallo favorable.
Gremio pesquero insiste operar en la Reserva Nacional de Paracas
Tras el rechazo inicial de su demanda por la Segunda Sala Constitucional de la Corte Superior de Justicia de Lima, la SNP no se da por vencida. No solo apeló al fallo judicial, sino que recurrió al Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual (Indecopi), buscando que se declare como «barrera burocrática ilegal y/o carente de razonabilidad» la prohibición de pesca a gran escala en áreas naturales protegidas.
José Carlos Nieto, jefe del Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp), subrayó que en los últimos 36 años no se autorizo dicha actividad en la reserva debido a su condición de área protegida. «Nosotros acatamos este fallo y vamos a seguir haciendo nuestros mejores esfuerzos para cuidar esa biodiversidad tan importante», declaró a Inforegión.
Pescadores artesanales rechazan competencia desleal
Las comunidades locales, que han dependido durante generaciones de la pesca artesanal y el turismo ecológico, ven con preocupación el intento de la SNP de revertir la prohibición. Carlos Ramos, pescador artesanal en la caleta de Playa Lagunillas, compartió: «La pesca artesanal es un trabajo que viene desde mis ancestros. Si la pesca industrial entra, van a malograr el terreno, arrasarán con todo, y nosotros, ¿qué?», añadió.
Carmen Arenas Málaga, presidenta de la Asociación de Pescadores Artesanales El Renuevo Adonay y coordinadora del Comité de Gestión de la RNP, enfatizó la importancia de la anchoveta en el ecosistema: «La anchoveta es la célula de este ecosistema. (…) Imagínense si se les permite entrar. Hablamos de miles de toneladas. Una sola lancha pesca en un día lo que toda una flota artesanal pesca en una semana».
La desproporción entre la capacidad de pesca industrial y artesanal es abrumadora. José Hernández, miembro del Comité de Gestión de la RNP, explicó: «Llevo más de 40 años dedicándome a la pesca artesanal, maricultura y extracción de mariscos. Las embarcaciones artesanales más grandes tienen una capacidad de 10 toneladas, y las más pequeñas de 3 toneladas. En cambio, las embarcaciones industriales pueden almacenar entre 800 y 1,200 toneladas. Permitir que estas embarcaciones ingresen sería el fin de la pesca artesanal en el futuro».
Turismo y comunidades locales temen un nuevo fallo
El impacto no se limitaría solo a la pesca artesanal. En 2023, la RNP recibió más de 430 mil visitantes según cifras oficiales, por lo que la industria del turismo también se vería afectada. Ricardo Muñante, guía turístico de la RNP e Islas Ballestas, expresó: «Vivimos de la naturaleza, de los lobos marinos y las aves. Ya estamos siendo afectados por los problemas ambientales actuales, y esta intervención podría dejar sin trabajo a muchas personas. Si no hay alimento, los animales se irán, y nosotros perderíamos nuestro medio de vida. Todo es una cadena alimentaria que se rompería si esto sucede».
Por su parte, Martín Guzmán, buzo y propietario de un restaurante marino en Pisco, señaló: «Actualmente, me dedico al buceo recreativo de manera sostenible, y de ahí obtengo recursos para mi restaurante. Esto afectaría directamente mi trabajo». Además, compartió su experiencia previa en la pesca industrial: «Las redes de cerco que usan las lanchas industriales atrapan lobos marinos y aves, arrasan con las praderas de algas, y los ruidos y luminiscencias de estas embarcaciones impactan a otros animales».
Debate pendiente en el Congreso puede ser clave
Julio López, presidente de la Asociación de Pescadores de Laguna Grande y guardaparque voluntario, cuestiona los intereses detrás de la SNP. “Yo tengo como 60 años de pescador aquí. A nosotros no nos conviene. Si entra la máquina va a barrer con todo y nosotros nos quedaríamos sin pesca. Solo ahora que no encontramos tanto pez en la orilla tenemos que dedicarnos a juntar algas y botellas para sobrevivir”, compartió.
Actualmente, hay 99 procedimientos en curso contra once compañías pesqueras por violar el reglamento de pesca dentro de la Reserva de Paracas. Ocho de estas empresas pertenecen a la SNP. Si la apelación ante la Corte Suprema favorece a la SNP, el pago de S/ 6.6 millones en multas podría verse afectado.
A finales de marzo, se aprobó un dictamen que prohíbe de manera explícita la pesca industrial en áreas naturales protegidas. No obstante, este dictamen aún no ha sido sometido a debate en el Pleno del Congreso. Su aprobación sería vital para fortalecer la protección de la RNP y todas las áreas naturales protegidas marinas. José Hernández, del Comité de Paracas, destacó la importancia de esta legislación: «Tenemos dos opciones. Que se apruebe este proyecto de ley o que el Poder Judicial vuelva a rechazar la demanda de la SNP. Solo así tendremos la tranquilidad de que la pesca artesanal no desaparecerá».
“Nosotros somos los ojos de la Reserva Nacional de Paracas”
Los defensores de la reserva no están inactivos. Ricardo Flores, presidente de la Asociación Frente de Recolectores, Extractores, Maricultores de la Bahía de Pisco y Anexos (Afremarpa) y guardaparque voluntario, destacó el papel activo de la comunidad en la protección de la reserva: «Nosotros cuidamos este lugar porque es nuestro hogar. Coordinamos con la Reserva para avisar de actividades ilegales. Cualquier cosa que vemos, llamamos y así han capturado a personas haciendo pesca ilegal».
Para Ricardo, la incursión de la pesca industrial en la reserva también podría desestabilizar su equilibrio natural. «Esto podría perjudicar tanto a la fauna como a las familias que dependemos de ella. Sería una competencia desleal».
Preocupaciones de pescadores son respaldadas
Expertos coinciden con las afirmaciones de los pescadores ante el potencial impacto de permitir la pesca industrial en la reserva. Conversamos con Juan Carlos Riveros, director científico de Oceana Perú, quien explicó en detalle las consecuencias: «Si las flotas pesqueras extraen anchovetas en grandes cantidades, otras especies quedan desprovistas de alimento. Estudios en islas guaneras demuestran que esta práctica conduce a una disminución en la reproducción de aves debido a la escasez de alimentos para sus crías».
Riveros también destacó los peligros de las capturas incidentales, donde tortugas y mamíferos marinos quedan atrapados en las redes. «Las consecuencias más fatales serían para los delfines, ballenas y lobos marinos que mueren intentando escapar», advirtió. Además, señaló problemas adicionales como la contaminación por redes fantasma y el aumento del tráfico marino, que incrementa el riesgo de colisiones con la fauna.
Comunidad se mantiene alerta
La resolución de este conflicto tendrá profundas implicaciones para el futuro de la Reserva Nacional de Paracas y potencialmente para otras áreas naturales protegidas del Perú. José Hernández reitera sobre las consecuencias económicas: «La principal actividad productiva de nuestro pueblo es la pesca artesanal. Imaginemos que esas personas se queden sin hacer sus faenas de pesca y sin recursos para financiar su canasta básica familiar; sería un desastre económico para nuestro pueblo».
Las comunidades locales se mantienen vigilantes. Carmen Málaga hace un llamado a la acción y la conciencia colectiva: «Nosotros venimos a ser los ojos de la Reserva en todo el litoral. Estamos muy comprometidos con el ecosistema; limpiamos la Reserva, recogemos toda la basura del litoral de Paracas y vigilamos que no haya pesca ilegal. Por todo ello y más, rechazamos la pesca industrial en la Reserva y nos mantenemos alertas», concluye.