Perú redujo por segundo año consecutivo la superficie cultivada con arbusto de hoja de coca. Según el informe de Monitoreo de Cultivos de Coca 2024, presentado por la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (Devida), se registraron 89 755 hectáreas en producción, lo que representa una disminución de 3029 hectáreas en comparación con 2023, cuando se reportaron 92 784 hectáreas.
El presidente ejecutivo de Devida, Carlos Figueroa, explicó que estos resultados responden a acciones conjuntas de las entidades del Estado vinculadas a la lucha contra el modelo de negocio del narcotráfico. Entre las intervenciones se incluyó la ampliación del monitoreo a 24 zonas a nivel nacional, con la incorporación de Cotuhé y Tigre en Loreto, y Fitzcarrald en Madre de Dios. Estas acciones permitieron evitar la producción estimada de 797 toneladas métricas de cocaína, equivalentes a 3188 millones de dosis que no ingresaron al mercado.
De los 13 departamentos monitoreados, nueve zonas registraron una reducción sostenida de cultivos, destacando Ayacucho con -6% y Ucayali con -8%. También se observaron disminuciones en Pasco, Huánuco y Cusco, donde se ejecutaron acciones integrales. Por otro lado, Amazonas y Puno fueron las únicas regiones que presentaron incrementos, con 26% y 4%, respectivamente.
“Esta reducción sostenida es gracias a la implementación efectiva de la Política Nacional contra las Drogas al 2030 y la Política General de Gobierno, que combina acciones de control, mayores decomisos de drogas, destrucción de pistas y laboratorios y con el impulso al Desarrollo Alternativo Integral y Sostenible, que aumentó en 29% las hectáreas de cultivos alternativos siendo esta una barrera efectiva al avance del narcotráfico en zonas de influencia cocalera”, resaltó el titular de Devida.

Reducción en el Vraem y territorios especiales
Después de ocho años, el Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem), que representa un tercio de la superficie nacional, registró una reducción de 1908 hectáreas de cultivos de coca, siendo un punto de quiebre, demostrando que este es un resultado de acciones integrales del Estado peruano a favor de las familias que optaron por actividades lícitas y muestran la otra cara del Vraem, un Vraem productivo.
El Putumayo también es un claro ejemplo del trabajo articulado en una zona clave como la triple frontera con Colombia y Brasil. En 2024, alcanzó 1548 ha, reduciendo más de 600 ha. El Estado peruano cuenta con presencia, a través de Devida con su oficina zonal de Iquitos y sus oficinas de coordinación en Caballococha y Putumayo.
En 2024, los cultivos de coca en territorios especiales han disminuido en todos los casos. En las Áreas Naturales Protegidas, la superficie cultivada se redujo a 328 hectáreas, lo que representa una disminución del 21%. La reducción en sus zonas de amortiguamiento fue del 2%, con un total de 14 102 hectáreas. Por su parte, en territorios de pueblos indígenas u originarios, donde se registraron 16 919 hectáreas cultivadas, la reducción fue del orden de 6 puntos porcentuales.

Estandares de calidad de UNODC
Por segundo año consecutivo, este informe cuenta con la certificación del Sistema de Aseguramiento de la Calidad de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC).
Por su parte, el jefe de la Oficina de Programas en Perú – UNODC, Javier Montaño, enfatizó que el Sistema de Aseguramiento de la Calidad implementado por SIMCI -Perú “se ha consolidado como una herramienta estratégica para promover la mejora continua del sistema de monitoreo de cultivos de hoja de coca que lleva a cabo Devida y la incorporación progresiva de innovaciones tecnológicas que permitan fortalecer la precisión de los datos producidos por el Estado peruano. Estas acciones responden a un enfoque proactivo y a una visión estratégica de largo plazo frente a las transformaciones del fenómeno de los cultivos ilícitos”.