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viernes 04, octubre 2024

Lorena Ladines, una madre que protege los manglares de Tumbes

Como guardaparque del Santuario Nacional Los Manglares de Tumbes, ella comparte su tiempo con sus dos hijos, su orgullo y fortaleza, mientras avanza en un espacio donde las mujeres rompen barreras en la protección de la naturaleza.

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Lorena Ladines Cruz se siente orgullosa de ser la única guardaparque mujer del Santuario Nacional Los Manglares de Tumbes. Un área natural protegida de más de 3 mil hectáreas que el Estado peruano estableció en el año 1988 para conservar el último reducto de lo que alguna vez fue un ecosistema excepcionalmente rico en vida natural. Este se extendía desde el Golfo de California hasta el extremo norte de nuestro país.

Los manglares, la asociación de mangles, es un árbol cuyas adaptaciones le permite vivir en ambientes de alta salinidad en esteros, lagunas y orillas marinas, lo saben muy bien los extractores de conchas negras y cangrejos tumbesinos, y también los pescadores con los que conversamos en el Puesto de Vigilancia y Control El Algarrobo del Sernanp.

Lorena Ladines, una madre que protege los manglares de Tumbes
El Santuario Nacional Los Manglares de Tumbes tiene una extensión de 2 972 hectáreas. Se estableció en el 1988. (Foto: Gabriel Herrera / Viajeros)

Estos son el hábitat apropiado y tal vez único para una amplia gama de especies residentes y migratorias de aves, peces, reptiles, mamíferos, moluscos y crustáceos que se movilizan a sus anchas en estas orillas de tanta singularidad del Mar Tropical del Perú.

De allí la importancia de preservar un ecosistema vital para la economía en las localidades, que se arremolinan en estos parajes de calor sofocante y lluvias de otros trópicos. Además de brindar servicios ambientales claves para sus habitantes, es la barrera natural más eficiente para detener los embates del mar, que en estos tiempos de cambios en el clima y aumento del nivel de las aguas oceánicas resultan tan peligrosos.

El papel de una guardaparque

La trascendencia del trabajo de Lorena se desprende de la conservación de estos ecosistemas. Ella es guía oficial de Turismo y fue guardaparque voluntaria en el Parque Nacional Cerros de Amotape. Luego logró obtener una plaza en el Santuario Nacional, donde ejerce en la actualidad con disciplina y pasión, dos componentes fundamentales en la formación de los guardaparques de nuestro país.

Lorena Ladines, una madre que protege los manglares de Tumbes
Lorena inició su trabajo como guardaparque en el Parque Nacional Cerros de Amotape. (Foto: Gabriel Herrera / Viajeros)

En una selva al lado del mar

Hemos dejado atrás el puesto de vigilancia cuyo nombre se relaciona con el algarrobo centenario, bajo cuya sombra extractores y guardaparques del Santuario Nacional nos han referido los trabajos que los están uniendo por primera vez.

Estas tareas los han convertido en miembros del mismo equipo: el Santuario Nacional Los Manglares de Tumbes desde hace algunos años es co-gestionado  el Sernanp, en representación de todos los peruanos y el Consorcio Manglares del Noroeste. Un conglomerado de seis asociaciones de pescadores y extractores de cangrejos y conchas negras de Zarumilla, Matapalo, la propia ciudad de Tumbes, Zorritos, Bocapán y otros centros poblados de la región.

Maravilloso, la población local y los trabajadores del Sernanp, guardaparques y especialistas, juntos, se han propuesto cuidar el área natural protegida. Los logros de tan buena relación saltan a la vista. Se logró detener la tala ilegal, que estaba haciendo estragos en las poblaciones del mangle tumbesino. Los extractores de moluscos y crustáceos empiezan a hacer su trabajo con riguroso respeto de las tallas mínimas y las demás reglamentaciones que han elaborado los co-gestores del santuario.

Lorena Ladines, una madre que protege los manglares de Tumbes
El santuario es co-gestionado por el Sernanp y el Consorcio Manglares del Noroeste. (Foto: Gabriel Herrera / Viajeros)

Alianzas para proteger el área

Las seis organizaciones de pescadores y extractores artesanales que conforman el Consorcio Manglares del Noroeste, que es el ente que ejecuta el contrato de administración del Santuario Nacional Los Manglares de Tumbes desde el 2018, se encargan de proteger, con el Sernanp, la mayor área de bosque de manglares que existe en el Perú.

El Santuario Nacional es un importante sitio Ramsar para las aves residentes y migratorias que habitan en sus 2,972 hectáreas y alrededores. El proyecto Carbono Azul, una de las iniciativas que impulsa el consorcio,  hace alusión a la captura de carbono que se lleva a cabo en el manglar tumbesino, uno de los ecosistemas oceánicos costeros más apropiados para este tipo de acción ecológica.

La travesía de Lorena

La embarcación que conducen sus compañeros se detiene al borde de una copiosa formación de mangle en el corazón del santuario. Ingresamos como podemos entre las raíces que van formando, como estalactitas, edificios naturales en los que se esconden una infinidad de seres vivos, algunos visibles como los ibis y garzas de distintos plumajes que alzan delicado vuelo al vernos llegar. Otros no tan observables, como los cangrejos y conchas que se mueven y viven  en el copioso fango.

Lorena Ladines, una madre que protege los manglares de Tumbes
El área natural protegida fue reconocida como Sitio Ramsar el 20 de enero de 1997. (Foto: Gabriel Herrera / Viajeros)

En un claro de este bosque de insólitas figuras Lorena nos va contando parte de su historia: “Soy guardaparque oficial desde hace cuatro años, sí, pero sobre todo soy madre de familia, comparto mi vida en el manglar con mi vida en casa, con mi familia. ¿Es difícil? Claro que sí, ser guardaparque mujer en un mundo de varones es mucho más que un reto».

Sin embargo, Lorena persiste. «Por eso es que trato de hacer todo lo que los hombres hacen y hacerlo bien: ya sé que hay un tema físico pero las mujeres podemos hacer lo mismo, obviamente con menos fuerza. En casa esa misma energía y pasión la pongo en la educación de mis hijos”, menciona.

La aventura de su vida

Lorena es madre de familia de dos muchachos, el mayor terminando la carrera de Ingeniería Agrícola en una universidad de Tumbes, el menor, de siete añitos solamente, iniciando su escolaridad en un colegio de la ciudad.

En el Santuario Natural Los Manglares de Tumbes, a pocos metros de la frontera con el Ecuador, la guardaparque Ladines hace su trabajo con firmeza y convencimiento. Nos va comentado, que su “travesía” particular, la aventura de su vida, la complace.

Finalmente, como ella mismo lo dice, hacer lo que a uno más le gusta más que un trabajo resulta un placer. “Cuando uno ingresa a un área natural protegida, confiesa, se desconecta de todo y en mi caso estar aquí me ha permitido valorar aún más lo que tenemos: para amar lo nuestro hay que conocerlo bien, definitivamente”.

Lorena Ladines, una madre que protege los manglares de Tumbes
Lorena es natural de Tumbes y lleva más de 4 años como guardaparque oficial del santuario. (Foto: Gabriel Herrera / Viajeros)

Manglares que mitigan el cambio climático 

Vamos volviendo de nuevo a El Algarrobo, en uno de los canales de este estuario tan hermoso nos topamos con un pacazo enorme, un habitante de otros siglos cuya especie ha vuelto a encontrar la calma para reproducirse. En estas riadas que van y vienen desde el océano para juntarse con las aguas que descienden del bosque tropical húmedo del Pacífico sudamericano la vida ha vuelto a recuperar los pálpitos de siempre.

Sus guardianes, los guardaparques del Sernanp y los pobladores de las inmediaciones del Santuario Nacional, juntos, están mostrándole al mundo que es posible administrar de manera apropiada los recursos naturales que tenemos.

Lorena Ladines, una madre que protege los manglares de Tumbes
En el santuario habitan cerca de 148 especies de aves, de las cuales 19 especies son endémicas de Tumbes. (Foto: Gabriel Herrera / Viajeros)

“Me gusta lo que hago, termina de decirnos Lorena Ladines Cruz, 39 años, tumbesina, madre de familia y guardaparque oficial del Santuario Nacional Los Manglares de Tumbes, los arbolitos que cuido le brindan a la gente los recursos que les permite vivir, son además importantísimos para mitigar el cambio climático, actúan como una barrera de contención para frenar el avance del mar. Esos mangles que ustedes ven -los va señalando- retienen mucho más carbono que cualquier otro árbol, ¿cómo no va a ser importante lo que estamos haciendo por aquí?”.

Cuánta razón tiene, cuidar lo que es de todos, y en armonía con la naturaleza, es tarea de cada uno de nosotros. Los guardaparques que vamos conociendo en las áreas naturales protegidas que estamos recorriendo lo están haciendo.

 

El proyecto “Guardianes, crónica de guardaparques en el Perú” es una iniciativa del Grupo Viajeros impulsada por el Sernanp y diversas organizaciones de la sociedad civil y el Estado que tiene como objetivo poner en valor el aporte y el legado de los guardaparques del sistema nacional de Áreas Naturales Protegidas. Toda la información que se produce en el marco del proyecto puede ser utilizada libremente incluyendo, en la medida de lo posible, los hashtags que incluimos en cada uno de los copy elaborados.

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