Tras varios años de trabajo y espera, el Gobierno del Perú hizo oficial la creación del Área de Conservación Regional (ACR) Velo de la Novia, una iniciativa impulsada por autoridades regionales, comunidades locales y organizaciones ambientales. Esta nueva área protegida abarca 14 399.75 hectáreas distribuidas entre los distritos de Padre Abad y Boquerón, en la provincia de Padre Abad, Ucayali.
El ACR Velo de la Novia resguarda ecosistemas únicos de las Yungas Peruanas y los Bosques Húmedos de Ucayali, territorios de gran biodiversidad que hoy enfrentan diversas amenazas. En estos bosques habitan especies de flora y fauna que no se encuentran en ningún otro lugar y que cumplen un papel clave en la provisión de agua y la regulación del clima local.
Según el expediente técnico, hasta ahora se han registrado 124 especies de plantas, 79 de aves, 31 mamíferos, 18 reptiles y 17 anfibios. Entre los animales más representativos están el jaguar, el lobo de río y el maquisapa negro. También se encuentran dos anfibios endémicos en peligro: la rana arlequín reticulada y la rana vientre roja, esta última exclusiva de Ucayali.
Un camino que empezó en 2021
La ruta hacia el reconocimiento legal del ACR Velo de la Novia comenzó en julio de 2021, cuando el Gobierno Regional de Ucayali solicitó asistencia técnica al Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp). Durante los años siguientes, se inició un proceso que incluyó estudios especializados, talleres participativos y espacios de diálogo con las comunidades locales.

Todo ese trabajo se consolidó el 4 de diciembre de 2024, cuando el gobernador regional Manuel Gambini entregó el expediente técnico al director del Sernanp, José Nieto, marcando un hito en este esfuerzo colectivo. Este documento reunió información clave como análisis biológicos, sociales, legales y cartográficos que sustentaban la importancia de proteger esta zona. Además, contó con el respaldo de 24 localidades vecinas, entre ellas Alto Shambillo, Hormiga y Chancadora, que participaron activamente en el proceso y dieron su visto bueno a la propuesta.
Fue así como el 28 de marzo de 2025, el Ministerio del Ambiente publicó el proyecto de decreto supremo para establecer esta ACR y abrió un periodo de observaciones de 15 días, generando expectativas entre los promotores de la iniciativa. Todo apuntaba a una pronta aprobación, pero los días se convirtieron en meses y la espera se alargó más de lo previsto.
Ante ello, unos 100 ciudadanos firmaron un memorial pidiendo al Estado la aprobación definitiva del ACR. “Nuestra población considera que es la oportunidad (…) de resolver definitivamente el establecimiento del ACR Velo de la Novia de Ucayali y generar el desarrollo sostenible de nuestra provincia de Padre Abad”, se lee en el documento.
Conflicto normativo paralizó su establecimiento oficial
Apenas un mes después de publicarse el proyecto de decreto supremo, el proceso enfrentó un obstáculo normativo. Un informe de Inforegión reveló que el 28 de abril, el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) derogó sin consulta previa una disposición clave que permitía establecer áreas naturales protegidas como las ACR sobre zonas reconocidas como ecosistemas frágiles. Esta medida generó incertidumbre para 12 iniciativas similares en siete regiones del país, incluyendo al ACR Velo de la Novia.
La respuesta fue inmediata. Seis federaciones indígenas del Putumayo emitieron un memorial dirigido al Ejecutivo exigiendo revertir la decisión. En paralelo, las gerencias de Recursos Naturales y Gestión Ambiental de 24 gobiernos regionales, incluyendo Ucayali, se pronunciaron en rechazo a la medida de Serfor, señalando que vulneraba competencias regionales y desnaturalizaba la normativa vigente sobre conservación.

La presión política e institucional derivó en reuniones en Lima durante la primera semana de junio, donde los líderes indígenas lograron acuerdos con el Serfor. Su principal objetivo era destrabar la oficialización del ACR Medio Putumayo Algodón, que al igual que el ACR Velo de la Novia, ya había alcanzado su etapa final. Su proyecto de decreto supremo fue publicado en octubre de 2024.
La exclusión por excepción
Como resultado, el 6 de junio se publicó una disposición legal que incorporó una figura de “exclusión por excepción” del área propuesta para el ACR respecto del ecosistema frágil en el que se superponía.
El decreto que hoy oficializa el ACR Velo de la Novia incorpora una disposición similar, excluyendo por excepción su superficie del ecosistema frágil “Bosque de Colina Alta Velo de la Novia”, listado por el propio Serfor como de alto valor de conservación. Esta exclusión reconoce el alto valor de conservación del área y permite su gestión en beneficio directo de las comunidades locales.
Un escudo verde contra la deforestación
La protección del ACR Velo de la Novia es un hito ambiental para Ucayali, teniendo en cuenta que es una de las regiones más afectadas por la deforestación en todo el país. Solo en 2020 perdió más de 47 mil hectáreas de bosque, y entre 2001 y 2023, la provincia de Padre Abad acumuló una pérdida superior a las 207 mil hectáreas. Según datos de Global Forest Watch, el bosque primario en Padre Abad dismiyuó en un 24% hasta 2023. La expansión agrícola sin control, la tala ilegal, los incendios forestales y la ganadería extensiva son las principales causas detrás de esta alarmante realidad.
Frente a este panorama, el nuevo ACR ayudará a frenar la destrucción de un ecosistema importante y será un aliado en la lucha contra el cambio climático. Se estima que sus bosques almacenan más de 3 millones de toneladas de dióxido de carbono. Además, garantizan el abastecimiento de agua para miles de personas en Aguaytía y comunidades vecinas, y ofrecen un gran potencial para el turismo sostenible, gracias a la imponente catarata que da nombre al área protegida.

Conectividad ecológica
Otro de los mayores aportes del ACR Velo de la Novia es su conexión con otras áreas naturales protegidas, como el Parque Nacional Cordillera Azul, el ACR Cordillera Escalera y la Reserva Indígena Kakataibo Norte y Sur. Esta red de conservación forma un corredor biológico que fortalece la resiliencia del territorio y permite la movilidad de especies amenazadas.
La creación de este ACR también marca un hito para otras propuestas de conservación que nacen desde los territorios.