El fenómeno del cambio climático es una realidad permanente. De hecho, el calentamiento global nos acerca peligrosamente al punto de no retorno. Sin embargo, existe la capacidad -si no urgencia- de desacelerarlo. ¿Cómo? Con medidas de adaptación y mitigación de sus afectos a distintos niveles de acción. En este punto es clave entender por qué surge el concepto de justicia climática.
Como explica Paulina, si bien las consecuencias de las alteraciones en la temperatura global se perciben en todo el mundo, quienes se ven más afectados son los países del sur -como es el caso de Latinoamérica. Estos no solo cuentan con menos recursos económicos, sino también con menor capacidad para la adaptación y mitigación a corto, mediano y largo plazo.
Es así que Aldunce, comparte algunos hallazgos importantes en Chile sobre sus investigaciones, respecto a los efectos del cambio climático y los aportes de los pueblos originarios en la toma de decisiones en materia ambiental.
Entrecruzando las ciencias para tomar decisiones
La ciencia es clave para comprender no sólo la situación de nuestros ecosistemas, sino también para trazar líneas de acción impostergables. Sin embargo, la experta advierte que es de igual importancia considerar las ciencias sociales, para así llegar a resultados justos y efectivos. Esto requiere atender las demandas y amenazas de las comunidades, quienes se encuentran más expuestas a las causas y consecuencias de la emisión de gases de efecto invernadero.
La experta señala que las comunidades nativas son quienes reciben directamente los impactos más serios del cambio climático. Esto, de acuerdo a Aldunce, las coloca en primera línea frente a esta amenaza. Por ello es clave tener en cuenta sus sistemas de conocimiento, ancestrales y empíricos.
Los efectos de la crisis climática que se perciben según el pueblo Rapa Nui, en Chile, son: aumento de temperaturas, disminución de lluvias, marejadas, alteración de las estaciones y cambios en las corrientes superficiales del mar como la formación de islas de plástico.
Las brechas para acceder a una acción climática justa
La falta de trabajo en equipo y coordinación gubernamental, en gran parte impulsada por una política social asistencialista, crea vulnerabilidad en las comunidades nativas. Hasta ahora, en Chile, no hay estrategias ni leyes en materia ambiental que faciliten la participación de los pueblos indígenas, según las investigaciones. Es así que, además, se tiende a presentar a los pueblos indígenas como un grupo uniforme, sin tener en cuenta las diferencias culturales, identitarias y territoriales.
Las políticas gubernamentales no suelen proporcionar oportunidades para que los pueblos originarios interactúen con equidad y reconocimiento. Además, desde el Estado no se distinguen distintos grupos dentro de los mismos pueblos indígenas, como las mujeres, quienes son especialmente vulnerables al cambio climático.
La estrategia climática ha sido puesta sobre la mesa en distintas COPs, como la 25 en 2019 y la 28 en 2022. Sin embargo, no se aterrizaron las políticas en materia indígena por falta de respaldo estatal y retroalimentación, explica Aldunce. En esa línea, la investigadora resalta una falta de voluntad política de los Gobiernos para lograr lo anterior.
Aplicación del enfoque intercultural
Además, los saberes y participación de las comunidades indígenas no han sido tomados en cuenta en la formulación de políticas ambientales. Según la información recogida por la investigadora, algunos funcionarios estatales admiten que se suele evitar la participación indígena en la toma de decisiones gubernamentales.
Es importante, entonces, implementar la escucha activa, descentralizar medidas en estrategias de adaptación y mitigación y aplicar un enfoque intercultural desde el Estado. A ello se añade el reto de la articulación local para la equidad.
Fuente: Justicia Clima PUCP