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jueves 10, octubre 2024

El guáimaro: Un árbol que combate la deforestación en la selva

En los últimos 14 años, el Perú perdió 227 kilo/hectárea de bosque natural, lo que equivale a 149 toneladas métricas de emisiones de dióxido de carbono. 

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La crisis medioambietal en el país se agrava cada año con la disminución de la cobertura arbórea en regiones como Loreto, Ucayali y San Martín. Las últimas cifras de la plataforma de monitoreo de bosques Global Forest Watch, revelan la necesidad de implementar planes de reforestación que permitan frenar la pérdida de este ecosistema. Ante ello, una excelente alternativa se encuentra en el árbol del guáimaro llamado también “el árbol de la vida”. 

El guáimaro 

El árbol del guáimaro (brosimum alicastrum) se convirtió en una de las especies más valoradas por su alto valor nutricional, pero sobre todo por la posibilidad de frenar la deforestación en los ecosistemas forestales más amenazados. Este árbol nativo de América tropical se extiende desde México hasta Brasil, lo que significa que puede crecer en bosque seco tropical y también en húmedos. 

En su estado máximo puede medir hasta 25 metros de altura, con un diámetro de 50 a 90 centímetros. Una de las principales características del guáimaro es que sus raíces crecen a gran profundidad, lo que le permite resitir las sequías y los incendios, asimismo atrapa el CO2 de la atmósfera y en vez de absorberlo, lo deposita en la tierra. 

Valor nutricional 

El cultivo del guáimaro es también una oportunidad para las comunidades locales. Casos exitosos en Colombia muestran que las semillas que caen del árbol, son puestas a secar al sol y luego se muelen para obtener harina. Este polvo contiene un alto valor nutritivo y es ideal para crear bebidas y alimentos como mermeladas, guisos o sustitutos del café. 

Por esta razón, se convierte en una alternativa económica a la deforestación que acrecienta los efectos del cambio climático. El reto se encuentra en involucrar a los habitantes de las zonas y sensibilizarlos para que adopten esta prácticas de siembra y cosecha sostenible de productos forestales no maderables como el guáimaro. Lo ideal es que éstos sean sembrados en corredores ecológicos y zonas de conservación. 

Este ábol contribuye a la reforestación de la selva. (Foto: Difusión)

La deforestación en la selva 

Según Global Forest Watch, desde 2022 hasta 2023 nuestro país perdió 2.62 Mha de bosque primario húmedo, lo que representa 66% de la pérdida total de cobertura arbórea en el mismo periodo de tiempo. El área total de bosque primario húmedo en Perú disminuyó en 3.8%. 

Mientras que de 2001 a 2023, Perú perdió 4.08 Mha de cobertura arbórea, lo que equivale a una disminución del 5.2% de la cobertura arbórea desde 2000, y al 2.60 Gt de las emisiones de CO2. En ese mismo periodo, Loreto encabeza la lista de mayor pérdida de cobertura arbórea con 889 kha, seguido por Ucayali (790 kha), San Martín (719 kha) Huánuco (461 kha) y Madre de Dios (353 kha).

A largo plazo 

Un árbol de guáimaro demora entre 10 y 15 años en ser productivo, pero a nivel ecológico su importancia es grande también en la alimentación de la fauna silvestre. El árbol tiene más de 17 usos reportados (maderable o medicinal) incluso desde épocas prehispánicas y en diferentes comunidades.  Cada semilla tiene un alto contenido de calcio, triptófano, lisina, potasio, hierro y fibra.

 

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