Dos jóvenes murieron y otros dos quedaron gravemente heridos en un terrible choque frontal de dos motocicletas lineales en el centro poblado Castillo Grande.
Eran aproximadamente las 3:45 de la madrugada del domingo, cuando la oscura madrugada, el licor y la velocidad tiñeron de sangre las pistas.
El fuerte impacto del choque de las dos máquinas pisteras, así como los gritos de dolor y auxilio despertaron a los vecinos del jirón Iquitos, que encontraron en el asfalto dos cuerpos completamente destrozados y desfigurados, mientras un tercer muchacho se encontraba aún con vida y atrapado en la cuneta de un costado de la vía principal de este centro poblado y un cuarto joven gritaba desesperado pidiendo ayuda.
De acuerdo a la versión más cercana a la realidad, las dos motocicletas se cruzaron en momentos que se desplazaban a muy alta velocidad. Una de las motos con sus dos ocupantes, se dirigía a Tingo María,en tanto que los otros dos jóvenes iban a sus domicilios en Monterrico, en Castillo Grande. Los cuatro muchachos se encontraban en estado de ebriedad.
La motocicleta pistera de 150 centímetros cúbicos, que conducía Wilmer Avila Cueva, de 20 años de edad, que se dirigía a Tingo María, invadió el carril contrario y la tragedia llegó en milésimas de segundos.
El vehículo se incrustó en la otra motocicleta que conducía Christian Alfredo Verde Aguirre, de 27 años, este último y su acompañante, identificado como Francis Aguirre Ospino, de 22 años, salieron disparados hacia un costado de la vía, cayendo sobre la cuneta y golpeándose violentamente contra los bordes de la misma, Christian murió instantáneamente, en tanto que su acompañante fue auxiliado y hasta el cierre de este despacho se debatía entre la vida y la muerte. Los médicos recomendaron su inmediato traslado a Lima, aunque no abrigaron muchas esperanzas de una buena recuperación.
Wilmer Avila, un joven estudiante universitario de la facultad de Agronomía, de la Universidad Nacional Agraria de la Selva, también falleció instantáneamente. Su acompañante tuvo mejor suerte, salió también disparado del vehículo pero su caída, por suerte no fue tan violenta. Fue él quien encargó de gritar y pedir auxilio y también fue llevado al hospital, donde le dieron de alta.
Los cuerpos permanecieron hasta cerca del mediodía en la morgue del hospital de esta ciudad, hasta donde llegó también el rector de la UNAS, Milton Muñoz Berrocal para preocuparse por la situación del estudiante. Luego de cumplir con una serie de trámites se pudo por fin retirar el cadáver que fue llevado a su domicilio, en la cuadra 10 del jirón Cusco.
Las autoridades policiales iniciaron las investigaciones para determinar con exactitud los detalles del trágico accidente que enluta a dos familias tingalesas
