La Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (Devida) impulsa la apicultura como alternativa económica sostenible en el Valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem). Este proyecto, enmarcado en la Política Nacional Contra las Drogas al 2030, beneficia a 330 familias de once distritos en las regiones de Ayacucho, Cusco y Junín. Se prevé que, para el 2025, la producción de miel alcance las 25 toneladas, generando ingresos sostenibles para las comunidades involucradas.
Esta iniciativa productiva, que se ejecuta desde 2022, busca diversificar la economía local y ofrecer opciones viables frente a cultivos ilícitos. De esta manera, la apicultura se posiciona como una alternativa rentable y sostenible, alineada con la conservación del ecosistema local.
Tecnología y capacitación para una apicultura de calidad
El éxito de esta intervención radica en la implementación de tecnologías adecuadas y capacitaciones especializadas. Los apicultores del Vraem han sido equipados con colmenas tipo Langstroth, cajas para núcleos, ahumadores, palancas tipo J, centrífugas, desoperculadores, alimentadores y equipos de protección personal. Este equipamiento permite desarrollar una apicultura tecnificada, cumpliendo con altos estándares de calidad y seguridad.
Además, mediante las escuelas de campo para agricultores, los participantes adquieren conocimientos clave sobre el manejo de colmenas, sistemas de alimentación, control sanitario, cosecha y estrategias de comercialización. Esta metodología práctica asegura que los apicultores optimicen su producción y logren acceder a mercados competitivos, aumentando así sus ingresos.

Sostenibilidad y conservación del ecosistema
La apicultura no solo representa una fuente de ingresos, sino también un mecanismo para preservar el ecosistema local. La producción de miel, polen y otros derivados contribuye a la conservación de la biodiversidad, al mismo tiempo que fomenta prácticas agrícolas responsables.
En este contexto, Devida ha intensificado sus esfuerzos de sensibilización en la población local, destacando la importancia de reducir y eliminar el uso de productos agroquímicos. Estas sustancias representan una amenaza para la población de abejas y la calidad de la miel, elementos fundamentales para garantizar la sostenibilidad a largo plazo de esta actividad productiva.