El pueblo Kakataibo ha cuidado el rico tapiz de biodiversidad de la Amazonía peruana durante generaciones. Conocido por sus tradiciones guerreras, sigue defendiendo sus tierras ancestrales en las regiones de Huánuco y Ucayali, incluidas las recientemente reconocidas Reservas Indígenas Kakataibo Norte y Sur, hogar de un grupo del pueblo Kakataibo que vive en aislamiento voluntario desde el violento auge del caucho en la región.
Sin embargo, los Kakataibo están luchando por su supervivencia como pueblo. Una compleja red de tala ilegal desenfrenada, plantaciones de coca y concesiones mineras han puesto su territorio bajo asedio, convirtiendo a esta región en una de las áreas más peligrosas para los defensores del medio ambiente en todo el Perú. Un nuevo e innovador informe multimedia revela que esta destrucción no es simplemente resultado de la actividad criminal en la región: el gobierno peruano sigue desempeñando un papel importante.
Producido por dos destacados periodistas de investigación en colaboración con Amazon Watch, en el marco de la campaña Amazon Crime, el informe utiliza datos georreferenciados, registros públicos y testimonios de testigos para mapear la catastrófica destrucción ambiental y la violencia contra el pueblo Kakataibo infligida por invasores de tierras y el crimen organizado en la región. Asimismo, rastrea la intrincada relación entre el gobierno y las redes criminales, revelando que los funcionarios locales a menudo pasan por alto o incluso participan activamente en la venta ilegal de territorios indígenas.
Corrupción institucional y crimen organizado
Como revela la investigación completa, existe un historial inquietante de transferencias de tierras por parte de las administraciones de los exgobernadores regionales de Huánuco Luis Picón Quedo y Rubén Alva Ochoa. Ellos otorgaron ilegalmente tierras kakataibo a empresas madereras, ganaderos e incluso al propietario de una gran empresa siderúrgica. Estas acciones han allanado el camino para más apropiaciones de tierras y la propagación desenfrenada de actividades ilegales en la región, lo que ha resultado en amenazas existenciales para el bienestar y los medios de vida de las comunidades kakataibo.
Desde el inicio de la pandemia mundial de COVID-19, los actores ilegales han intensificado sus ataques contra los defensores de la tierra. Si bien los mecanismos federales de protección de los defensores han intervenido en algunas ocasiones, las medidas de protección existentes son inadecuadas, poco fiables y discontinuas.
Esta pasividad en todos los niveles del gobierno, sumada a la complicidad directa de los actores regionales, ha obligado a los líderes kakataibo a utilizar mecanismos de autodefensa cada vez más peligrosos, arriesgando sus vidas para defender el bosque, sus comunidades y aldeas aisladas. Cinco líderes kakataibo han perdido trágicamente sus vidas debido a la violencia, mientras que otros enfrentan cada vez más amenazas y desplazamientos de sus comunidades.
Defensores bajo ataque
Esta afluencia de cultivos ilegales de coca y narcotráfico también converge con otras formas de extractivismo en la región, intensificando un clima de miedo e incertidumbre mientras las comunidades kakataibo lidian con su lucha simultánea contra las concesiones legales para la minería, el petróleo y la silvicultura en sus territorios. Esta realidad subraya que las economías extractivas criminales y formales están trabajando en conjunto para facilitar el despojo y la destrucción constantes de los territorios ancestrales indígenas.
La lucha por los kakataibo es una lucha de todos los que valoran la selva amazónica y los derechos de sus guardianes indígenas. Este informe histórico es un llamado a la acción: a exigir responsabilidades a los cómplices de estos crímenes y a intensificar nuestros esfuerzos para proteger este ecosistema crucial y a su gente.
*Este artículo, escrito por Ricardo Pérez, fue publicado en Amazon Watch.