Representantes de más de 180 países tomaron acuerdos sobre temas ambientales urgentes. La Asamblea de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente (UNEA-6) adoptó 15 resoluciones destinadas a hacer frente al cambio climático, la contaminación del aire y la desertificación. Además, las negociaciones dieron como resultado una Declaración Ministerial que insta a redoblar esfuerzos contra estos flagelos.
¿Qué es la UNEA-6?
Se trata del principal organismo de toma de decisiones ambientales del mundo. Las resoluciones de la UNEA no son legalmente vinculantes. Sin embargo, son consideradas como un primer paso en el camino hacia acuerdos ambientales globales y en la formulación de políticas nacionales.
En su sexta reunión, congregó a más de 5000 representantes de gobiernos, la sociedad civil y el sector privado. Esto incluyó a más de 170 ministros y viceministros y diez jefes de Estado africanos. La cita se desarrolló en la sede del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) en Nairobi, Kenia.
Acuerdos
Las reuniones dieron como resultado una Declaración Ministerial. En ella, los gobiernos se comprometen a redoblar esfuerzos para contrarrestar el cambio climático, la pérdida de naturaleza y la conservación de la biodiversidad. Además, expresaron su voluntad de combatir la contaminación.
El declive del mundo natural representa una grave amenaza para el desarrollo sostenible. Además, la cooperación internacional es crucial para crear «un mañana mejor». Así se puede leer en parte de la declaración mencionada.
Este documento refleja «la firme intención de la comunidad internacional de frenar el cambio climático, restaurar la naturaleza y la tierra y crear un mundo libre de contaminación». Así lo consideró la directora ejecutiva del PNUMA, Inger Andersen.
Previamente, se adoptaron 15 resoluciones sobre problemas ambientales urgentes. Se incluye una invocación a la extracción sostenible de los llamados “minerales para la transición energética”. Estos son usados en las baterías de los vehículos eléctricos, las turbinas eólicas y otras tecnologías de energías renovables.
Asimismo, otras resoluciones instan a los países a frenar la contaminación por productos químicos y desechos, luchar contra la desertificación y la degradación del suelo. Reducir la contaminación del aire, proteger los océanos y los mares, gestionar de modo sostenible el suministro de agua dulce y proteger el ambiente en tiempos de conflicto.